La demanda municipal ha sido acogida con satisfacción entre los empresarios y comerciantes de esa zona de Playa de Las Américas, en Arona, ya que consideran que con la puesta en marcha de los dispositivos se saldaría una vieja reivindicación y se mejoría la seguridad en una de los puntos más conflictivos del Sur y de mayor afluencia de personas, sobre todo durante la noche.

Como es ya conocido, Verónicas sigue siendo uno de los enclaves más calientes del ocio nocturno en el Sur y en opinión de los empresarios de la zona,  la instalación de cámaras de vigilancia resultaría fundamental para frenar algunos hechos delictivos que se producen en los entornos de los cuatro centros comerciales Verónicas y el Starco, situado a escasos metros de los anteriores y con el mismo perfil. 

Pocos centros comerciales de Canarias pueden tener una historia tan vinculada con las páginas de los sucesos y la diversión de miles de turistas, principalmente del Reino Unido,  durante varias décadas como los locales de Verónicas. Sus terrazas, pasillos, aceras y callejuelas han sido y son  escenario de trileros,  homicidios, tiroteos, apuñalamientos, palizas y riñas multitudinarias, propias de una película de Tarantino. 

La venta de drogas está instalada, la prostitución se practica en plena calle y el reclamo de dos copas por el precio de una se vocifera a partir del crepúsculo, mientras los visitantes del todo incluido llegan en masa, trasladados en guagua, desde sus respectivos establecimientos.

Todo o casi todo vale en y para la noche de Verónicas y sigue así desde hace  años,  ya que la prosperidad de ese franja del litoral y en consecuencia del Sur de la Isla tampoco puede entenderse sin el funcionamiento de ese enclave, para el que desde hace años se habla de un plan de rehabilitación integral que nunca acaba de plasmarse.

Sin embargo, son cada vez más los empresarios y comerciantes de la zona que conscientes de que Verónicas es una especie de pescadilla que se muerde la cola, reclaman soluciones para que ese pequeño enclave deje de ser conocido internacionalmente por su imagen negativa; circunstancia que aprovechan los turoperadores para reventar el precio de la oferta hotelera. En ese sentido reclaman a la vez mayor presencia policía y consideran que la instalación de cámaras puede ser beneficiosa para disuadir ciertos comportamientos delictivos.

En la actualidad, la propuesta se encuentra en fase de estudio por parte de una comisión de expertos, después de que el Ayuntamiento de Arona solicitara la colocación de este sistema a la delegada del Gobierno en Canarias, Elena Máñez, durante la última Junta Local de Seguridad, que se celebró en el barrio costero de El Fraile, uno de los más deprimidos del municipio turístico y para el cual está prevista la puesta en marcha de una oficina conjunta en la que trabajarán agentes, tanto de la Policía Local de Arona como de la Guardia Civil, con el objetivo de reforzar la seguridad en ese núcleo y en otros de la zona baja del municipio, como Las Galletas, donde la escasez de efectivos de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se hace cada vez más evidente.