La empresa Teleférico del Teide (con participación privada, la mayoritaria, y pública, del Cabildo de Tenerife) vuelve a limitar derechos de sus trabajadores.

Esta vez el problema no guarda relación con la aprobación de un convenio colectivo que eliminó la práctica totalidad de derechos con que contaban los trabajadores, tampoco tiene que ver con incumplimientos en cuanto a las cesiones ilegales de trabajadores que se acomete en la empresa, ni tan siquiera tiene que ver con incumplimientos que se llevan a cabo en cuanto a seguridad de los propios trabajadores se refiere, o la existencia frecuente de averías en su sistema de transporte hacia la cima del Teide, sino que esta vez los trabajadores han visto como se incumple con la subida salarial del presente año 2021, sin que se les aplique unas tablas salariales que ascienden a un 2%.

El sindicato CSIF a pesar de sus innumerables intentos de llegar a un acuerdo con Ignacio Sabaté, actual gerente de Teleférico del Pico de Teide, ha roto definitivamente cualquier relación con éste, quién parece estar cegado por un asesor jurídico-personal que entremezcla su cargo como representante de los trabajadores en la empresa pública del Cabildo Insular de Tenerife, Instituto nsular de Atención Social y Sociosanitaria de Tenerife (IASS), sus funciones como abogado, sus funciones como abogado de trabajadores de distintas empresas públicas pertenecientes al Cabildo y su cargo remunerado como asesor jurídico de Teleférico, personas que una tras otra vez vejan jurídicamente a la actual plantilla de una de las empresas de mayor eco turístico de nuestra isla.

Desde CSIF se informará fehacientemente de todo lo que está aconteciendo dentro de Teleférico del Pico de Teide al Cabildo Insular de Tenerife, toda vez que no se entiende como el anterior consejero José Gregorio Martín Plata, hizo en todo momento oídos sordos a la situación de los trabajadores de Teleférico, quienes, según sus propios delegados de personal, “ha sido un cooperador más del quebranto de derechos que se viene acometiendo contra los derechos de todos los empleados y empleadas, quiénes se avergüenzan de la gestión de personal con la que cuenta la empresa, caracterizada por su poca elegancia, honestidad, trasparencia y sinceridad, además de una absoluta falta de buena fe negocial”.