Con 67 gramos de peso y 24 centímetros, supone un verdadero éxito del equipo de profesionales del Acuario, que son los encargados de realizar un seguimiento diario del animal y aportarle una alimentación basada en langostino, mejillón, merluza y chipirón correspondiente al 4% de su cuerpo. A este logro hay que sumar la óptima evolución de su hermana Udra, que nació el 24 de octubre del año pasado y supuso un hecho significativo para el Parque: ser el primer ejemplar de tiburón cebra nacido bajo cuidado humano en Loro Parque.

Sus padres, Marylin y Elvis, conviven en el Acuario con otra pareja de tiburón cebra, por lo que se suma un integrante más a esta maravillosa familia de tiburones. Estos animales, que pueden medir hasta tres metros y medio, tienen un cuerpo de color crema con un moteado oscuro, que les permite pasar desapercibidos cuando descansan en los fondos arenosos del mar. 
Alrededor de 100 millones de tiburones mueren cada año como consecuencia de la pesca, mientras que 11 especies se encuentran amenazadas principalmente debido a las dañinas acciones humanas. Por esta razón, Loro Parque se convierte en la embajada de los animales salvajes, garantizando de esta forma la continuidad y la protección de la especie. En este sentido, la labor que se lleva a cabo en la reproducción y la cría del tiburón cebra es esencial para aportar más información a la hora de conservar y garantizar el bienestar de otros especies amenazadas como los angelotes (Squatina squatina), que es el tiburón  más amenazado del mundo, y el tiburón martillo (Sphyrna sp.), a los cuales Loro Parque Fundación ayuda a través de proyectos para su protección y conservación.