Matos recuerda que hace unas semanas, el Gobierno canario informaba de la localización de colonias de corales exóticos, potencialmente invasores, en Gran Canaria y Tenerife. A su juicio, es necesario que el Ejecutivo realice una labor de control para asegurarse de que los buques y plataformas que recalan en el archipiélago no permanecen en nuestras aguas con especies adheridas que suponen un riesgo para la flora y fauna marina canaria.

“Los canarios de Tenerife y Gran Canaria hemos incorporado a nuestro paisaje el horror que suponen las plataformas. No se trata de oponerse a la diversificación del modelo económico, porque si hay la posibilidad de desarrollar en Canarias el sector de reparación de las plataformas y ello genera un nicho de mercado, se pueden activar sectores que estén conectados a esa actividad y lo vamos a celebrar”, dice.

No obstante, insistió en lo “duro” que resulta “haber incorporado a nuestro paisaje esa visión terrible que parece más propia de una chatarra”. Matos considera necesario realizar una reflexión para discernir si estamos ante un sector productivo interesante o si Canarias se ha “convertido en un ‘parking’ de plataformas durante el tiempo que buscan un destino, generando en este caso poca dinamización económica”.

Añade que desde el punto de vista ambiental, las consecuencias “también pueden ser preocupantes, tal y como ya ha sucedido  en otros lugares del mundo donde el fondeo prolongado de plataformas ha derivado en la invasión por especies”. Remarcó que estamos ante “un riesgo cierto”, a la vista de la rapidez con que se ha extendido estas dos especies de corales en las islas. Por último, insiste en la conveniencia de que más allá del estudio que el Gobierno ya realiza con las universidades canarias, se elabore un protocolo específico para evaluar los riesgos y hacer un control medioambiental.