Tanto el alcalde, Arturo González, como la concejala de Servicios Sociales, Nuria Marrero, destacan que “las trabajadoras sociales venían detectando a personas con necesidades expresas, que les ocasionaban situaciones específicas de vulnerabilidad, deterioro emocional y baja autoestima que de forma diaria acompañaban al usuario derivado.”

“Con este nuevo recurso se ha querido ayudar a estos vecinos y vecinas, abordando su problemática para que mejorara su calidad de vida”, señalan, quienes añaden que “con esta perspectiva integradora hemos implementado una intervención psicológica individual centrada en la persona con el fin de que contara con herramientas para afrontar situaciones de ansiedad, depresión, estrés, crisis personales, duelos y somatizaciones”. 
    
Ambos mandatarios municipales, explican que fueron las trabajadoras sociales las que se encargaron de realizar las derivaciones a los centros psicológicos, donde una veintena de personas, recibieron diferentes sesiones individualizadas.