Carmen Morales, directora general de Protección de la Infancia y la Familia recuerda que  la nueva normativa estatal del  sistema de protección a la infancia y a la adolescencia ha supuesto un nuevo marco jurídico que ha dotado de contenido el concepto del interés superior del menor y sitúa la atención a los menores con características o necesidades especiales en el centro de los programas y proyectos de las entidades públicas protectoras de la infancia y no solo a los niños y niñas con una medida de protección  como puede ser el desamparao o el riesgo”.

Morales apunta que se trata de un gran  reto ya que “ se estima que el 2 % de la población menor de 18 años tiene altas capacidades lo que en Canarias significa alrededor de 7.000 niños y niñas. 

“Por ese motivo, entre otros, pretendemos  que que los resultados de esta nueva experiencia  ofrezca, a través de las asociaciones de padres y madres, los instrumentos necesarios para que las familias con niños con superdotación puedan intervenir adecuadamente  en aspectos educativos, sociales y emocionales y así  para garantizar su adecuado desarrollo”, explicó  la directora.

La intervención con niños, niñas y adolescentes con necesidades educativas especiales, en este caso altas capacidades, no es un trabajo que se ciña al contexto educativo, sino que  requiere un abordaje interdisciplinar e inclusivo.

Según el grupo de trabajo e investigación de  la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas con Altas Capacidades, compuesta por profesores e investigadores universitarios,  que dirige este proyecto “existe la creencia que estos niños, niñas y adolescentes pueden aprender solos, que de manera innata son maduros e independientes en cuanto a relaciones sociales, concluyendo, por lo tanto, que no tienen ningún tipo de necesidad especial y que  ni ellos ni sus familias necesitan ayuda. Pero lo cierto es que se ha detectado la necesidad de intervención en aspectos educativos, sociales y emocionales, para garantizar su adecuado desarrollo”.

Los proyectos de intervención tendrá  en cuenta la atención a estas necesidades y en su diseño contemplan los requisitos educativas, en el sentido de una enseñanza adaptada con un enfoque multidisciplinar, el acceso a recursos adicionales y determinados estímulos para su desarrollo además de la oportunidad de poder utilizar sus habilidades. 

Desde el punto de vista social, el proyecto recomienda la necesidad de un  contexto social enriquecido en el que  el colegio y la familia deben ser lugares donde se le permita imaginar, crear y desarrollar sus iniciativas. Pero, especialmente, requerirán de una orientación en el manejo de las relaciones interpersonales y sociales, aspectos que van más allá de  su capacidad intelectual.

El tercer grupo tiene que ver con las necesidades emocionales ya que a veces se puede caer en el error de considerar que tienen una madurez emocional asociada a la intelectual.

La programación de contenidos  abordan temas como los instrumentos y pruebas utilizados para la evaluación de las altas capacidades y la detección en el aula, los tipos de programas intraescolares,  la exposición de distintos programas con características cognitivas y sociosafectivas enfocados a las altas capacidades o la solución a los posibles problemas con la familia y la escuela así como la presentación de las principales necesidades y preocupaciones expuestas por la familia del alumnado con Altas Capacidades en relación a la escuela y al desarrollo de sus hijos.