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sábado, 20 de abril de 2024 01:32h.

FEPECO propone implantar la cultura de la conservación, para vivir mejor y con mayor seguridad

La Asamblea General de FEPECO, celebrada en el día de hoy, ha ratificado la política valiente y reivindicativa que desarrolla la Patronal en defensa del sector de la construcción en general y del tejido empresarial en particular, siendo un ejemplo de organización empresarial eficiente, atenta a las necesidades de las empresas y convirtiéndose en una voz autorizada sin ningún tipo de servidumbre.

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Oscar Izquierdo, presidente de FEPECO e Isidro Martín, Secretario de la Junta Directiva y Jorge García Prieto, Asesor Jurídico de la Patronal, durante la Asamblea General celebrada en el día de hoy.

Los empresarios y empresarias agradecieron unánimemente la incansable labor desarrollada y buen hacer del presidente Oscar Izquierdo, verdadero impulsor del auge y fortalecimiento de la organización empresarial, que ha sabido imponer y mantener una independencia, que es respetada en todos los ámbitos políticos, empresariales y sociales.
 
El parque edificado de Canarias tiene una edad media muy elevada, su casi nulo mantenimiento ha derivado en su acelerado deterioro. Muchas edificaciones cuentan con más de 40 años, con importantes déficits generalizados de construcción, mantenimiento y conservación e incluso en una importante cantidad, con serios problemas de accesibilidad para una población muy envejecida. De hecho, muchos inmuebles precisarían de urgente rehabilitación.

En cuanto a los edificios de uso público o gran parte de los de uso industrial, es evidente la necesidad de su “puesta al día”, entre otras, por razones de eficiencia energética, accesibilidad, seguridad e higiene, que sin duda afecta a la calidad de los servicios que se prestan. La conservación de las edificaciones es una obligación legal que han de cumplir todos los propietarios de edificios, contenida en las leyes urbanísticas desde hace décadas, como mínimo desde la Ley del Suelo de 1956, por cuatro motivos principales:
 
1.- Seguridad, por razones de estabilidad estructural y elementos de fachada;
 
2.- Higiene, en especial en lo que afecta al estado de las infraestructuras de cada edificio (aguay saneamiento, electricidad, etc.), la envolvente y la conservación de los materiales que
pueda afectar a la salud;
 
3.‐ Ornato, con destacada relevancia en las fachadas con frente al espacio público;
 
4.‐ Accesibilidad, sobre todo para la población con limitaciones motrices.
 
Hay que incentivar la cultura de la conservación, lo que supone impulsar la mejora de las actuales condiciones de habitabilidad del parque edificado y sus condiciones de uso, al tiempo que se revaloriza como activo económico; además, supone un importante ahorro económico a lo largo del tiempo, ya que de no hacerse de manera regular será inevitable la necesidad de rehabilitación, siempre más costosa y de mayor dificultad técnica. En definitiva, con los edificios pasa igual que con la salud: más vale prevenir que curar.