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viernes, 29 de marzo de 2024 00:49h.

La fisioterapia es una herramienta clave para la rehabilitación de pacientes cardiacos

El Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Canarias, con motivo de la celebración mañana, día 29 de septiembre, del Día Mundial del Corazón, quiere recordar a la ciudadanía la importancia que tiene la fisioterapia en el ámbito de la prevención y rehabilitación de enfermedades coronarias.

 

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El Colegio de Fisioterapeutas de Canarias, con motivo de la celebración mañana del Día Mundial del Corazón, recomienda a la población la realización de ejercicio físico para prevenir patologías cardiacas

En este sentido, para disminuir los factores de riesgo cardiovascular, los fisioterapeutas canarios recomiendan a la población que siga hábitos de vida saludables: alimentación sana, descanso, control de niveles de colesterol y glucosa en sangre, no fumar y controlar la presión sanguínea; así como la realización de actividad física de forma habitual, siempre adecuada a las características de altura, peso, fuerza y estado de forma de cada persona, y guiado por profesionales cualificados.

Las personas físicamente inactivas tienen dos veces más probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares (ECV) que las personas que realizan actividad física de forma regular. De hecho, hasta el 80% de las enfermedades del corazón y hasta el 90% de los infartos podrían prevenirse con un estilo de vida más saludable, realizando más ejercicio físico y vigilando nuestra dieta, según afirma la Fundación Española del Corazón.

 

Importancia de los fisioterapeutas en los programas rehabilitación cardiaca

Actualmente la fisioterapia es una disciplina integrada en todos los niveles del sistema sanitario en lo que se refiere a la rehabilitación y tratamiento de enfermos crónicos del corazón.

La implantación de programas de rehabilitación cardíaca también en el Archipiélago canario, en los que están incluidos los tratamientos de fisioterapia, ha modificado el concepto sobre las patologías cardiovasculares y el riesgo que conllevan. “Realizados por el fisioterapeuta, coordinados por cardiólogos y médicos rehabilitadores, con la colaboración de un equipo multidisciplinar, estos programas han supuesto una revolución en el ámbito cardíaco”, asegura Daniel López, coordinador de la Comisión de Fisioterapia Cardiorrespiratoria del Colegio de Fisioterapeutas de Canarias. 

“Estos tratamientos engloban un conjunto de medidas multidisciplinarias (ejercicio físico, control de los factores de riesgo cardiovascular, aspectos psicológicos, nutricionales, sociales, laborales y sexuales) encaminados a conseguir un cambio en el estilo de vida del cardiópata de por vida”, explica López.

Dichos programas se dividen en 3 fases diferenciadas: en la primera, que tiene lugar íntegramente en un centro hospitalario, se explica el programa y se buscan los factores de riesgo modificables, intentando evitar los efectos de un reposo prolongado; la segunda, de convalecencia, se produce desde el alta hospitalaria hasta la reincorporación sociolaboral, y su objetivo es incrementar la capacidad funcional del paciente, proporcionar apoyo psicológico al paciente. Da comienzo tras una prueba de esfuerzo realizada por el cardiólogo y durante 3 meses aproximadamente el paciente realiza sesiones en grupo de ejercicio físico monitorizado y controlado en todo momento por el fisioterapeuta. La tercera fase, la de mantenimiento, se prolonga durante toda la vida del paciente, con la finalidad de mejorar los beneficios obtenidos.

En ella, el paciente cardiópata debe seguir con el nuevo estilo de vida que ha adquirido para conseguir disminuir los factores de riesgo, con revisiones periódicos por parte del equipo multidisciplinar de profesionales especializados.

 

NIVELES DE ACTIVIDAD FÍSICA PARA LA SALUD RECOMENDADOS POR EL COLEGIO OFICIAL DE FISIOTERAPEUTAS DE CANARIAS

 

De 5 a 17 años

Para los niños y jóvenes de este grupo de edad, la actividad física consiste en juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias.

Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y de reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, se recomienda que:

1. Los niños y jóvenes de 5 a 17 años deberían acumular un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa.

2. La actividad física por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud.

3. La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos.

 

De 18 a 64 años

Para los adultos de este grupo de edad, la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (es decir, trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.

Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y de reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles y depresión, se recomienda que:

1. Los adultos de 18 a 64 años deberían acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

2. La actividad aeróbica se practicará en sesiones de 10 minutos de duración, como mínimo.

3. Que, a fin de obtener aún mayores beneficios para la salud, los adultos de este grupo de edades aumenten hasta 300 minutos por semana la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien hasta 150 minutos semanales de actividad física intensa aeróbica, o una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.

4. Dos veces o más por semana, realicen actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares.

 

De 65 años en adelante

Para los adultos de este grupo de edad, la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos caminando o en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.

Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y funcional, y de reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, depresión y deterioro cognitivo, se recomienda que:

1. Los adultos de 65 en adelante dediquen 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

2. La actividad se practicará en sesiones de 10 minutos, como mínimo.

3. A fin de obtener mayores beneficios para la salud, los adultos de este grupo de edades deberían aumentar hasta 300 minutos semanales la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien acumular 150 minutos semanales de actividad física aeróbica vigorosa, o una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.

4. Los adultos de este grupo de edades con movilidad reducida deberían realizar actividades físicas para mejorar su equilibrio e impedir las caídas, tres días o más a la semana.

5. Convendría realizar actividades que fortalezcan los principales grupos de músculos dos o más días a la semana.

6. Cuando los adultos de mayor edad no puedan realizar la actividad física recomendada debido a su estado de salud, se mantendrán físicamente activos en la medida en que se lo permita su estado.