La consejera insular Paqui Rivero recuerda que el grupo Podemos preguntó por este asunto durante el pasado pleno y, “aunque la consejera de Deportes aseguró que se está prestando mucha atención a este asunto, creemos que debería hacerse mucho más, sobre todo teniendo en cuenta el repunte que está teniendo la violencia en el deporte base dentro y fuera del campo de juego”. En este sentido apunta algunas ideas a las que su grupo dará forma de moción en el futuro, tras una ronda de contactos con entidades relacionadas con el deporte base.

Si bien las ayudas económicas que concede el Cabildo a los clubs “excluye a los equipos que muestren conductas negativas en el campo de juego, señala que Podemos considera que deberían estar condicionadas a la participación de los clubs en un programa de formación continua con equipos y familias que inculque valores relacionados con el trabajo en equipo, la diversión, el compañerismo, la tolerancia, empatía, igualdad, crecimiento personal y colectivo y, en resumen, que potencie hábitos deportivos saludables desde edades tempranas”. 

A su vez, añade, en todos los campos de juego debería estar a la vista del público un panel informativo que recordara su parte de responsabilidad a la hora de evitar situaciones violentas y que ayudara a implicar a todas las personas en la meta de erradicar la normalización de actitudes y situaciones violentas. La representante de Podemos indica que, incluso, debería contemplarse la posibilidad de entregar un folleto informativo a  madres y padres en el momento de la inscripción en actividades deportivas, “pues estamos ante una responsabilidad colectiva y es conveniente afrontarla desde todos los ámbitos posibles”.

Rivero incide en que es imprescindible que dentro del dineral que gasta el Cabildo en variadísimas campañas promocionales, “al menos una vez al año se invirtiera en una campaña informativa de prevención contra la violencia en el deporte base” y que la misma se desarrollara “en base a un trabajo participativo con clubs, responsables de entidades y programas deportivos, colectivos de arbitraje y entrenamiento, profesorado, familias y agentes diversos; ese trabajo debería tener como objetivo principal la prevención mediante la identificación de las pautas y valores que conviene reforzar en todos los ámbitos que afectan al deporte, desde el hogar y el colegio, hasta el campo o espacio deportivo”.

Asimismo, remarca que en la web del Cabildo debería haber un decálogo que condensara de forma clara los compromisos de esta institución contra la violencia en el deporte base, que incluyera un buzón de alertas ciudadanas en el cual, tanto deportistas como cualquier familia o persona, pudiera comunicar situaciones de violencia, vulnerabilidades en ese sentido o, simplemente, sugerencias de cómo luchar contra esta lacra. “Por supuesto, también las ayudas deportivas de esta institución deberían estar condicionadas al cumplimiento de este decálogo de buenas prácticas”, subraya.

“Incidir en la prevención de esta problemática desde edades tempranas será muy rentable para toda nuestra sociedad, y lo adecuado es que el Cabildo no delegue esta tarea ni se limite a apoyar alguna jornada formativa, organizar alguna acción o convenio puntual, sino que se involucre de manera clara y decidida en este asunto”, concluye Rivero. Señala en ese sentido que, aunque el proyecto insular Juega Limpio contempla algunas iniciativas, “dado el peso económico y promocional que tiene el Cabildo en el deporte insular, la lucha contra la violencia en el deporte base debería ser mucho más visible”. Por ello, próximamente su grupo llevará una batería de propuestas al Cabildo para incidir en el combate contra la violencia deportiva.