El arrestado, que había cometido los hechos en Reino Unido, tenía en vigor una Orden Europea de Detención y Entrega por delitos contra la propiedad y quebrantamiento de condena. Había llegado a España utilizando el pasaporte de un familiar con el que guardaba un importante parecido físico. Con este documento, logró burlar todos los controles de acceso en las fronteras.

Planeó su rescate gracias a un móvil escondido

El 21 de marzo de 2007, fue sorprendido durante un robo en la localidad británica de Swinton. Tras una persecució, fue detenido y trasladado a comisaría, pero logró ocultar entre su ropa un teléfono móvil que le sirvió para mantener contacto en todo momento con los miembros de su grupo criminal. Así fue como, al día siguiente, los policías que efectuaban su traslado fueron asaltados por miembros de su banda cuando llegaban a las puertas del juzgado de Salford. Encapuchados y portando armas blancas, lograron liberar al detenido y darse a la fuga.

Solo seis días después de la huida participó en el asalto a un furgón blindado de seguridad. Fue detenido de nuevo y condenado a 10 años de prisión, pero, en noviembre de 2018, consiguió darse a la fuga nuevamente y escapar de Reino Unido aprovechando su libertad condicional.

El pasado 2 de julio, la Policía Nacional procedió a su detención en Tenerife tras una investigación que le llevó a establecer un amplio dispositivo en torno al lugar donde había sido localizado.