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jueves, 18 de abril de 2024 16:54h.

El SUC nos orienta sobre cómo afrontar una crisis convulsiva

El Servicio de Urgencias Canario (SUC), adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, nos recuerda cómo actuar si presenciamos una crisis convulsiva, un trastorno bastante frecuente, que afecta a casi el 1% de la población y que puede provocar una gran alarma, sobre todo, cuando se produce en la vía pública. 

suc Posición lateral de seguridad_Fotor
Hay que evitar que la persona se golpee y no debemos sujetarla, ni colocarle nada dentro de la boca

Esta acción se enmarca en la campaña de divulgación de consejos de primeros auxilios para que la población adquiera los conocimientos básicos para afrontar una emergencia hasta la llegada de los servicios sanitarios.

Una de las principales causas de las convulsiones es la epilepsia, que es una disfunción puntual de las neuronas, y aunque puede ser parcial, focal o generalizada, es en esta última cuando el paciente presenta movimientos espasmódicos, pierde la conciencia, se pone rígido y cae al suelo.

También hay otros motivos por los que un paciente puede convulsionar, como la fiebre alta en el caso de los niños y los accidentes cerebro vasculares, los tumores  cerebrales o la intoxicación por drogas, en el caso de los adultos.

Cómo actuar 

En el caso de que presenciemos una crisis epiléptica lo más importante es mantener la calma. Las convulsiones suelen tener una breve duración y terminan por sí mismas, no siendo necesario hacer nada para detenerlas.

Si no sabemos cómo actuar debemos llamar al 1-1-2 y contactar con un coordinador sanitario del SUC. En caso de que se trate de un paciente epiléptico, debemos informar de estos antecedentes. 

A continuación, debemos evitar que la persona que está convulsionando se lastime. Para ellos se puede colocar una almohada o una manta bajo la cabeza, para que no se golpee contra el suelo.

Si la persona tiene gafas, debemos quitárselas y aflojarle el cinturón, la corbata y las prendas de ropa apretadas. También debemos retirar objetos punzantes o cortantes y alejarlo de fuentes de calor con las que se pueda quemar.

Nunca introduciremos objetos en su boca, ni intentaremos darle bebidas, comida ni medicamentos orales y tampoco sujetaremos con fuerza a esa persona para evitar sus movimientos. 

Cuando la convulsión termina, viene un período postcrítico en el que el paciente se queda desorientado y, a veces, agitado por lo que hay que colocarlo de lado, en posición lateral de seguridad, para en el caso de que vomite no se trague el vómito.