El acuerdo, que tiene una vigencia inicial de cuatro años, incluye un presupuesto de 240.000 euros que será aportado por el Gobierno de Canarias entre 2020 y 2023.

El consejero responsable del área, José Antonio Valbuena, explica que la Red CARBOCAN contribuirá a “estudiar en profundidad la evolución temporal de los niveles de dióxido de carbono en nuestros océanos”. En este sentido, subraya la importancia del acuerdo entre ambas instituciones, que “dotará de información precisa y contrastada a las administraciones públicas para la toma de decisiones en materias de gestión ambiental y salud pública”.

La finalidad de esta red es identificar, controlar y seguir las tendencias del contenido de dióxido de carbono en Canarias, así como la acidificación de los océanos y el control de los factores que determinan la distribución de sus compuestos, incluyendo las tendencias asociadas con el cambio climático, las emisiones de dióxido de carbono, los cambios en los hábitos de comportamiento de la sociedad y en el medioambiente.

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a través del grupo de Química Marina (QUIMA) del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG), se encargará de la observación,  monitorización  y  estrategias  de  gestión, así como de la puesta en marcha de acciones de  educación  y  divulgación  enfocadas  a  colegios,  institutos,  universidades y administraciones  regionales  y  locales.

Por su parte, el Gobierno de Canarias se compromete a prestar el apoyo económico necesario para el mantenimiento de esta Red y de la instrumentación necesaria.

CARBOCAN contribuirá con medios y datos a otras redes europeas y americanas, como ICOS (Sistema Integrado de Observación del Carbono; infraestructura europea de investigación), SOCAT (Atlas de Dióxido de Carbono Superficial) y GOA-ON (Acidificación Oceánica Global - Red de Observación). De esta manera, la red canaria aportará sinergias, conocimientos y experiencia a estas plataformas internacionales. 

El grupo de Química Marina ha establecido una red de buques equipados con sistemas propios de investigación para medidas de dióxido de carbono entre Canarias y Barcelona (Línea CanOA), y entre las islas de La Palma y Tenerife, vía La Gomera (Línea BenchOA). 

Asimismo, se han instalado dos boyas oceanográficas equipadas con sensores de presión parcial de dióxido de carbono y acidificación, una en la parte este de Gran Canaria (Bahía de Gando) y otra en la isla de El Hierro, prevista para segunda mitad del año 2020, además de una tercera boya que se colocará en la zona del archipiélago Chinijo.