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jueves, 25 de abril de 2024 00:00h.

Llegamos al 20A, hartas de tanta incompetencia, destrucción y explotación

Las Canarias y los Canarios hemos visto en  los últimos años como quienes gobernaban, gobiernan y seguramente gobernarán en las próximas décadas tienen conciencia cero acerca de lo que es la sostenibilidad, la economía circular, la creación de empleo de calidad, la diversificación económica, y un largo etcétera. 

No sólo no han actuado para favorecer la protección del territorio y la democratización de la riqueza, sino que han favorecido la explotación de ambas y han hecho reverencias a las patronales y sus intereses desorbitados. 

 

Agenda Feminista como reivindicación de avance en la lucha

Ya estamos nuevamente en el día de la mujer trabajadora, 8 de marzo del 2024, es por ello que me apetece recordar que el sujeto del Feminismo es la mujer, y que esta lucha nace y continúa para acabar con la opresión y discriminación recibida a través de los mandatos de género por haber nacido precisamente mujer. A día de hoy echo de menos una agenda con la que liderar las políticas que nos imponen a través de subvenciones y/o recursos que no están siendo efectivas ni para paliar las consecuencias de las violencias machistas que seguimos padeciendo, ni para debilitar el sistema patriarcal que sigue cimentando nuestra cotidianeidad. 

 

Cuidado que viene el lobo…

En estos días, tras unas elecciones en las que hemos visto como la derecha crece y el fascismo entra en las instituciones,  surge día a día en la conversaciones con personas  afines  la pregunta ¿qué es lo que voy a votar?. Estamos  a casi un mes para volver a las urnas para configurar la orientación política que queremos en el gobierno central y es bastante preocupante el panorama que se nos presenta. “Cuidado que viene el Lobo” es el mensaje que nos llega y sin embargo existe una negación, o es una realidad de la que no hemos tomado  consciencia, ¿ o es que estamos hartas de los errores de la izquierda?.

 

La conquista Violeta de Tenerife

Vivimos en un mundo globalizado en el que los bienes materiales no conocen fronteras, pero, tristemente, no podemos decir lo mismo de los “derechos fundamentales”.