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jueves, 18 de abril de 2024 00:06h.

DAME PACIENCIA

Cuando se entra a un ayuntamiento o a cualquier otra administración pública a gestionar cualquier asunto, hay que ir acompañado con la pastilla de la tensión y algún tranquilizante, para no enfadarse, tener la suficiente paciencia y no perder los nervios, porque las pegas comienzan desde el primer instante.

Todo es desesperadamente lento, incluso con ordenadores encima de la mesa, que parecen en muchos casos floreros, ya que por la lentitud con que se gestionan los distintos asuntos, la sensación es que no los utilizan adecuadamente. Ya sea un tema sencillo o una licencia de obra, da lo mismo la dificultad, todo se emborrona de tal manera, que nunca se sabe si algún día se solucionará lo que se está tramitando, depende de tantas cosas y de las ganas que se ponen, que la incertidumbre es la norma.

Por el contrario, las administraciones públicas exigen a los ciudadanos y a las empresas prontitud y cumplimiento de plazos cuando piden algo, es más, inmediatamente te envían el recargo correspondiente si te retrasas lo más mínimo. Los que no cumplen, exigen cumplimiento y encima no se ponen colorados. Vergonzoso #súmateafepeco

La REFLEXIÓN DEL VIERNES de Oscar Izquierdo