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jueves, 28 de marzo de 2024 19:10h.

FALLO EL PROTOCOLO ANTE EL FUNERAL DE ESTADO

Aquellos que vimos el Funeral de Estado que se hizo en el recuerdo a las víctimas del covid- 19, no podíamos intuir que íbamos a ver un Show como aquel antiguo espectáculo que daba en televisión Renny Ottolina. Un coro de voces del pueblo al unísono llamaba asesino al vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, fuera de las puertas del Palacio Real en el cual en su patio se estaba desarrollando este Funeral de Estado. Este personaje de opereta el vicepresidente, no tuvo ni la más mínima compostura ni respeto al asistir a un acto de Estado en donde 30.000 muertos eran a los que honraba el Estado, fue vestido como lo que es y quiere que los demás vean que es, un patán arribista. Pero fue como un bosque de setas, salieron otras setas, no fue el único ridículo que estaba de esa guisa fuera de tiesto, también apareció un espantapájaros de colorines en un acto fúnebre como este, la Presidenta del Senado, con un inapropiado vestido que llevaba, igual que su trayectoria política de esta trapisonda, catalogada en su trabajo como "una castaña pilonga". Todo fue un compendio de mal gusto y de desprecio al acto y a quien representaba a lo más Alto de la Nación, su Jefe de Estado, el Rey.

Aparte de todo este acto Regio acaecido en el Palacio Real, si en algo tuvo como añadido a los comentarios que se hicieron a este acto, fueron sin lugar a dudas las máscaras sanitarias que se vieron. Optaron casi todos por llevar mascarillas negras (por esta asistencia al luto), pero para algunos eran un pase de modelos de máscaras de Cibeles, igual es que no sabían a donde iban las criaturas, cuando elementos como el Fernando Simón, llevaba una con diseños de tiburones como si fuera un "surfero", y el otro era Aznar y su constancia en la máscara de que era español, más que todo por la bandera que ostentaba en ella, y eso en verdad sobraba, y más a este personaje.

El protocolo de este evento, fallo estrepitosamente, en un acto de esta relevancia, el director de protocolo dejo en entre dicho su poca profesionalidad y nulo mando sobre estos actos, dejo entrar a esperpentos que vestían totalmente ajenos a las normas que se exigen en estos actos de esta máxima relevancia, tanto en damas como el caballero, y más haciendo guardar el color oscuro o negro por el acto que se celebraba. Menos mal que las máscaras tapaban media cara y así no tuvieron que verse muchos de ellos sus feas caras, y lo fastidiados que estaban por asistir a ese acto fúnebre de Estado.

Pero la nota más discordante que se vio en algo que nadie ha podido por lo menos desarrollar el porqué no se hizo, fue la ausencia de uniformes del Generalato y Jefes de los Ejércitos, que tuvo este acto, ni a Prelados, ni mandos de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que también aportaron y mucho en esta desgracia que tuvimos que arrastrar durante meses con esta pandemia. Eso si, ni haciéndolo aposta sale más redondo una cosa tan extraña como fue ese evento. Fue un funeral laico total, en donde los haya, un escenario sacado de los diseños más puros de las reuniones Masónicas, con su pebetero que daba un ambiente de lo más pagano que se pudo idear para este ritual fúnebre.

Parece que se equivocó el Gobierno creyendo que el 16 de julio las cosas del coronavirus estaría tranquila, y por eso convocaron para este día el Funeral de Estado. Pero como se ha visto se han equivocado por desgracia de muy mucho, las estadísticas de los contaminados y algunos que siguen muriendo es un goteo incesante, si seguimos así (nadie lo quiera) se tendrá que ir pensando en una segunda parte. De las pocas cosas grande que ha tenido este acto sin lugar a dudas ha sido el recuerdo a todos aquellos que nos dejaron, vimos en su gran mayoría de asistentes su civismo (no podía ser de otra forma), la democrática pose de entenderse y respetarse ante la trama que se está urdiendo sobre los "Borbones", que después de lo que está arreciando contra la Corona, el Monarca dio un gran discurso y se abstuvo a entrar en convenciones políticas nacionales.

Pero ya se sabe, en todos los eventos o saraos está el "Cuñado mete patas" y aquí tuvimos varios de esos elementos catetos disfrazados de personalidades, que dieron el toque de los patanes con sus ridículos atuendos.

Salvador Barnés