TENERIFE A LA DERIVA
Cambian los tiempos, incluso hay nuevos gobernantes, pero la realidad es tozuda, sobre todo, cuando no se arranca y se mantiene la indolencia. Tenerife sufre desde hace décadas un retroceso significativo, no sólo económico, también social, de prestigio y especialmente de autoestima. No podemos olvidar a esa isla colapsada, atascada e inmovilizada que sufríamos diariamente, donde perdíamos muchas horas laborales o personales, aumentando los niveles de enfado, proporcionalmente al tiempo perdido.