Imaginen... Llega la edad de jubilación, dejan de ingresarles la nómina y no hay ninguna pensión que cobrar al mes siguiente. Un escenario realmente desolador.
La inmensa mayoría de quienes tenemos que trabajar para poder vivir, no tendríamos ahorros suficientes como para seguir viviendo de ellos el resto de nuestra vida. No tendríamos otra opción que seguir trabajando mientras nos quedase algo de fuerza y, a esa edad ¿quién nos iba a contratar? Solamente conseguiríamos trabajos mal pagados con los que comprar algo de comida y tomarnos un cortado de vez en cuando pero, desde luego, no para llegar a fin de mes.