Activistas Tóxicos
Terminamos esta trilogía veraniega dedicada a los noistas, donde hemos pasado del reino vegetal, con las sandías, al reino animal, con los camaleones y por último, al reino humano, con los agitadores profesionales. Recordamos siempre que son esos ecologistas de despacho, con aire acondicionado, moqueta, coche oficial, buenos sueldos, generalmente funcionarios y políticos en activo, excedencia o jubilados que, desde una altura ética, donde ellos mismos se han subido sin vértigo ni vergüenza, pero con excesiva arrogancia, se ven investidos de no sé qué supremacía moral, sin legitimidad popular, pero con mucha altivez.