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viernes, 19 de abril de 2024 00:50h.
triste
Opinión

El colchón triste, solo y abandonado

Hace muchos años un grupo de personas se juntaron, vaya usted a saber en qué parte del mundo y con rollos de acero hicieron unos muelles o amortiguadores y otras personas cogieron espumas y telas y las cortaron en forma rectangular, para fabricar colchones. Fabricaron miles y miles de colchones para venderlos en las miles de tiendas que tenemos en el planeta, unos colchones donde miles y miles de personas descansan o simplemente se tumban relajadamente para leer, para hacer el amor, para recuperarse de cualquier enfermedad, para morir, para dormir con bonitos sueños o pesadillas o por otras infinitas razones. 

Opinión

Un día triste

Vale que Angel Víctor Torres ponga la misma cara relajada que cuando posaba en La Palma, mientras les prometía un futuro falso a las víctimas del volcán. Vale que José Julián Mena tenga la sonrisa perfecta y la mirada constante del que anda cegado por el poder. Vale que Pedro Martín pretenda aparentar y hasta creerse que sabe de lo que está hablando. Y vale que mira tú, la foto y la firma, para terminar de estamparle el enésimo parche al siempre inacabado Hospital del Sur.

Opinión

La triste realidad entre progres compartida; ¿por qué no una diputada canaria?

Como miembro cofundador y de los primeros en intervenir públicamente, en su momento, de la PLATAFORMA SALVAR CHIRA-SORIA-SALVAR EL BARRANCO DE ARGUINEGUÍN. Que es el resultado de la unificación y coordinación de ciudadanos alertados de un “posible error dramático” y del que no podíamos permanecer al margen, de conocidos miembros de la sociedad canaria que firmaron una carta dirigida a Antonio Morales en mayo de 2019 y de la integración de la “Comisión Ciudadana contra los Megaproyectos” que se estaba iniciando y empezaba a andar. 

 

Opinión

14 de febrero: San Valentin, y la triste historia de "Los Amantes de Teruel"

Estamos en los tumultuosos primeros compases del siglo XIII. En Teruel suenan campanas a boda; es el sonido que recibe a un caballero que, exhausto, llega a la villa por la cuesta de la Andaquilla. Se trata del popularmente conocido como Diego de Marcilla (Juan Martínez de Marcilla según los textos históricos), que regresa rico y famoso tras tomar parte en múltiples batallas.