Gracias a Dios, al destino o a Rita la cantaora, el planeta está lleno de personas afortunadas que, como Aarón Cruz, han dedicado su vida a cantar, bailar y abrazar a sus amigos y desconocidos. Este joven de espíritu siempre alegre comenzó su trayectoria musical a los catorce años en la Comparsa lagunera “Los Joroperos”, junto a su madre y hermanos, bajo la dirección del amigo Fernando.

La pasión de Aarón por la percusión es evidente; durante más de dos décadas, ha dirigido y controlado la Batucada con un compromiso absoluto, trabajando sin horarios fijos y dejando su huella en múltiples celebraciones. Tras un período de descanso, el inevitable deseo de reencontrarse con su esencia musical le llevó a fijarse en Valleiro, una comparsa con una rica historia que enfrentaba la posible extinción de su legado.

Decidido a colaborar, Aarón se unió a un nuevo equipo para reconstruir Valleiro desde sus cimientos, aportando su vasta experiencia y conocimiento musical. Su papel no se limita a la dirección; también enseña, comparte su pasión y, sobre todo, transmite su bondad a las nuevas generaciones de músicos.

El trabajo de personas como Aarón Cruz es invaluable, ya que a través de su ritmo y entrega ha logrado hacer felices a muchos, especialmente a los niños, que encuentran en la música una forma de expresión y alegría. Este tipo de acciones son las que engrandecen la vida y merecen ser reconocidas.

Desde el equipo de Sol del Sur y todos aquellos que han tenido la fortuna de conocerlo, se le agradece a Aarón por su dedicación y por mantener viva la chispa de la música en la comunidad.