Estas dos administraciones, al igual que Patrimonio del Cabildo Insular de Tenerife, eran conocedoras de la existencia de dicho yacimiento; de hecho hace unos años estas mismas instituciones públicas ya lo habían destruido parcialmente con ocasión de las obras de aporte de arena sobre la zona con la utilización de maquinaria pesada y que fue denunciado entonces por ATAN, que previamente ya había alertado sobre la existencia de una playa fósil de singular relevancia junto con otros elementos patrimoniales como un conjunto o de cazoletas y canales de posible adscripción arqueológica en el extremo sur de la playa.

Probablemente la playa fósil tuvo en su día una extensión mayor que la ahora destruida pero la continua desnaturalización y ocupación del litoral ha terminado por acabar con este yacimiento que era uno de los pocos testimonios de los cambios climáticos producidos históricamente en la isla, tanto en el medio marino como en el terrestre, y que contenía información paleoambiental y paleoclimática.

En definitiva una nueva pérdida para el cada vez más dañado patrimonio natural de la isla de Tenerife, en esta ocasión de la mano de la Dirección General de Costas y Gestión del espacio marítimo canario, ahora adscrita a la Consejería de Obras Públicas, lo que da idea de la intencionalidad que se tiene con el litoral de las islas; y del Ayuntamiento de Arona, cuya representación política en los sucesivos mandatos y con independencia de ideologías y colores ha venido destruyendo el medio ambiente del municipio impunemente hasta el punto de convertir a Arona en uno de los territorios más desnaturalizados de Canarias.