El Fraile es un pueblo multicultural, habitado por casi 11.000 personas

En la psicología cotidiana, suelo señalar que para que una iniciativa tenga éxito, al igual que en el ámbito profesional, se requiere un 33% de conocimiento, un 33% de comunicación y un 33% de elección adecuada de los colaboradores.

En este caso, para lograr limpiar altruistamente todos y cada uno de los solares particulares del pueblo, es fundamental contar con un equipo comprometido. Como bien dice Juan Santana, se necesitaron “voluntarios” a quienes él “reclutó” para formar este “equipo de voluntarios”. Nunca confió en el azar ni en los encuentros fortuitos, que a veces lo sacaban de apuros.

Juan Santana tuvo esa idea, esa ilusión, esa visión, esa iniciativa. Y, dicho sea de paso, para este pueblo de El Fraile, que no es su tierra natal, los años que ha vivido aquí lo han marcado profundamente, considerándolo un lugar para “labrar” y “ayudar”. Nunca confió en el azar ni en los encuentros casuales con sus numerosos conocidos y amigos, a quienes exponía su deseo y su “¿… y por qué no?”.

Juan superó el empirismo y eligió un método que le permitía “actuar”, aunque no de manera infalible, sí con un alto porcentaje de aciertos. Así fue como, poco a poco, día a día, seleccionó a sus “colaboradores voluntarios” y nos hizo saber que estábamos unidos bajo un mismo principio: en la paz, hacerlo juntos.

Así, hoy, en unas horas de colaboración conjunta entre voluntarios, los títulos académicos, las religiones, la suerte, el empirismo y otros factores —más o menos independientes de cada persona— se conjugaron en “condiciones tanto oficiales como no oficiales que jamás podrán ser definidas”. Porque hoy, juntos, creamos la “pócima mágica” del éxito compartido en un juego que vale la pena jugar: la unidad, aunque sea para recoger y retirar basuras.

Hoy, cerca de ochenta personas participamos en unas prácticas de formación donde el responsable éramos todos y todas. La información que se nos proporcionó fue precisa, completa y, sobre todo, útil. No había lugar para formalidades ni reglas rígidas; lo fundamental era contribuir al bien común de manera segura, asegurándonos de que nadie se cayera, se cortara o sufriera un rasguño. Nuestro objetivo era simplemente recoger la basura que ese solar contenía. Este solar era el último en ser limpiado en el pueblo de El Fraile; los muchos otros habían sido limpiados anteriormente por estos colaboradores voluntarios.

Hoy no hubo absentismo laboral, ni inestabilidad entre la mano de obra, ni desórdenes mentales, ni trastornos fisiológicos o psicológicos derivados de la insatisfacción con el trabajo. En cambio, realizamos unas prácticas de formación como una unidad de voluntarios, recogiendo basura de un solar privado y sintiéndonos capaces, felices y motivados, mientras sudábamos, conversábamos y reíamos. “A camino largo, paso corto”.

Hoy logramos armonizar nuestras distintas visiones sobre la recogida voluntaria de basura, integrando nuestras formas de ser, pensar y nuestras profesiones. En el solar solidario había mujeres, hombres, personas no binarias, trans, gais, lesbianas… una variedad de edades, rostros, miradas y sonrisas, sin que se produjera conflicto alguno ni enfrentamientos.

No hubo una palabra más alta que otra; no existió una receta preestablecida, sino un acuerdo y una armonía. Se recogió basura con tacto, generosidad y, si me lo permiten, con amor. Cada uno se afirmó y reafirmó. Aunque encontramos muchas botellas de licor y vino, y latas de cerveza y refresco, solo hubo una embriaguez: la de hacer lo mejor que podíamos. Todos y todas mantuvimos una buena higiene de vida, sin agotamiento, que es el primer mal que acecha a quienes buscan únicamente el éxito personal. Hoy hemos demostrado que esta recogida y limpieza de basura de un solar no solo persigue un objetivo común, sino que se convierte en un poderoso elemento de equilibrio psicológico.

También es fundamental agradecer de corazón a todos y todas los voluntarios participantes, quienes son los principales acreedores de esta exitosa puesta en escena.

Quiero agradecer especialmente a:

- Alcaldesa Presidente del Ilustre Ayuntamiento de Arona, Doña Fátima Lemes Reverón
- Doña Dácil León de Más x Arona
- Doña Melania de VOX Arona
- Don Miguel Tacoronte, Presidente de la Asociación de Vecinos
- Don Mohamed Derbah, Presidente de Fuerza Canaria Arona
- Club de Baloncesto El Fraile
- Asociación de Moteros “Lobos del Asfalto”
- Taller de Richard (Don Fefe Gardi y Don José Green Fingers), prestamista de las    escaleras para acceder al solar
- Grupo Gastronómico AMEN, de Don Javier Velázquez
- Artista Don Carlos Ortega
- Concejalía de Medio Ambiente del Ilustre Ayuntamiento de Arona (proveedor de guantes y bolsas de basura)
- Javier Fumero, Policía Local de Arona
- Sr. Padilla, Policía Nacional
- Comparsa Los Valleiros
- AY CARAMBA

Y a todos y todas aquellas otras personas que aparecerán en el video que se está montando para tal efecto.