Arona
El gran mural de Los Cristianos, de los hermanos Ortega, convertido en un reclamo antes de ser inaugurado el lunes 17
El gran mural de Los Cristianos, como así ha sido bautizado, se inaugurará de manera formal el próximo 17 de febrero al mediodía con un pequeño acto en El Escondite, el restaurante que está situado en el paseo Jorge Ledesma, justo enfrente de los 30 metros de pared que resguardan el solar que quedó del colapso trágico del edificio José Julián el 14 de abril de 2014. Precisamente el propietario del local, Javier Velázquez, es el gran mecenas de la obra que ha realizado en un año y dos meses el pintor Carlos Ortega y su hermano Raúl, este encargado del fondo marino.

Todo comenzó cuando un buen día el siempre inquieto y generoso Javier Velázquez se acercó al taller de pintura de los hermanos gemelos Ortega en El Camisón. El propietario de El Escondite estaba buscando a un pintor para hacer un homenaje sobre el muro que colocó el ayuntamiento en el lugar de la tragedia del edificio Julián José , delante de su bar. Quería hacer un homenaje a las siete víctimas ya que, como él dice: “parecía un cementerio pintado de ese blanco tan fúnebre. Este lugar necesitaba alegría”.

Pronto llegaron a un acuerdo -en torno a ocho mil euros, sin descontar las cervezas- y Carlos se puso a trabajar, primero en los realizando más de medio centenar de fotografías de la bahía de Los Cristianos, luego dibujando los bocetos sobre la blanca pared para comenzar el 15 de diciembre de 2023. Un trabajo laborioso que se fue realizando paso a paso, edificio a edificio, todos con sus correspondientes ventanas -"nunca me imaginé pintar tantas ventanas" , comenta Carlos -, siempre con una sonrisa y atendiendo a los transeúntes, curiosos por saber de qué se trataba la obra y habidos por saber cuándo iba a estar terminada y una visita casi obligada en Los Cristianos, al verse reflejado el trabajo de Carlos -y luego el de Raúl, con la fauna marina- en las redes sociales y el impacto en miles de turistas, algunos inclusos tratando de colaborar con dinero a la realización de tan espectacular mural, que vio como creció al colaborar el Ayuntamiento con unos cuantos bloques más para subir el muro y completar las montañas de las medianías de Arona, engrandeciendo aún más la estampa de la bella bahía de los Cristianos.

A medida que crecía la obra, muchos habituales de El Escondite querían ser inmortalizados en el mural, así como empresas de la zona. Sin problema, la generosidad de Javier Velázquez y los hermanos Ortega no tiene fin. Así como la del promotor belga de arte, Jean Marie Genin, recientemente fallecido, que colaboró en gran medida con el pago del mural.

Carlos y Raúl Ortega, que el próximo fin de semana cumplen años, se muestran encantados con el resultado final: "Han sido catorce meses de trabajo, casi seis horas diarias, pero la verdad es que hay que estar satisfechos, muy satisfechos, siendo las felicitaciones constantes, tanto que incluso una señora del País Vasco me grabó un vídeo y una amiga suya, cuando lo vio, le dijo "dónde está Los Cristianos, tengo que ir a ver eso". Me alegra que fuera se conozca Los Cristianos por este mural", comentó Carlos.
Señala que hay cientos de anécdotas y preguntas, pero se queda con una que a su hermano gemelo igual no le hace mucha gracia: "Cuando Raúl comenzó a pintar la fauna marina, después de un gran mero, lo hizo con varios peces pequeños. Entonces se le acercó un niño de nueve años y le dijo, "esos peces no son de aquí, son de aguas tropicales", incluso denominando sus nombres, a lo que mi hermano bajó la cabeza y le atendió: "lo tendré en cuenta". Al final volvimos a nuestros pescados, aunque fueran menos coloridos".
Recuerda Carlos que "la idea surgió de Javier, que nos dijo que él recordaba de joven cuando salía uno del mar con las gafas de buceo y veía enfrente la avenida de Los Cristianos. Y esa idea es la que hemos querido plasmar, con edificios y casas, con ventanas y puertas, con comercios, hoteles y bares, con árboles y viandantes, dando vida y color al pueblo", relata el pintor, que inicialmente barajó "hacer un mural con una estampa de Los Cristianos de los años 50 y 60, el pueblo marinero antes de convertirse en turístico", pero "Javier nos convenció de lo contrario y creo que el resultado ha quedado muy bien".
El otro mural
El accidente mortal del 14 de abril de 2014 se recordó en el verano de ese año con un moral realizado por las mujeres del taller de pintura del Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Arona, con la coordinación de la artista Carmita Díaz y con la colaboración de la concejalía de Promoción Económica. Siete soles con los nombres de las victimas recuerdan la tragedia en el muro de la calle Amalia Alayón. Este lunes, otro mural, dará vida una pared blanca que resguarda el solar de tan triste recuerdo, y lo hará con una imagen que recoge toda la grandeza y belleza de un pueblo marinero y acogedor de turistas y residentes de todo el mundo. Por algo ese mural, antes de ser inaugurado oficialmente, ya se ha convertido en un gran reclamo.

Ahora la iglesia
Ha sido tal el éxito del gran mural -así se le ha bautizado antes de estar acabado- que Carlos Ortega ha sido llamado por José Estévez, párroco de la iglesia del Carmen de Los Cristianos para realizar un mural en una pared de 6,5 metros de altura. "Ya llevó dos semanas trabajando en ello, pero es totalmente diferente, porque aquí se trata de pintar personajes de talla normal y al hacerlo sin público lo podré terminar antes que el otro, aunque no me han puesto plazo", señala el pintor, entusiasmado por ver reconocida sus primeras granes obras "callejeras". Tanto que cuando ve un muro blanco, cual joven grafitero, tiene que atar en corto su vista.