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viernes, 29 de marzo de 2024 00:00h.

Una quincena de trabajadores de la telefonía y del servicio de telégrafos de Arona recibe un homenaje del municipio

Once mujeres prestaron servicio en la centralita telefónica de Arona a lo largo de los cincuenta años que, entre 1925 y 1975, esta funcionó hasta su total automatización. Este grupo de trabajadoras, además de dos telegrafistas, dos celadores y una repartidora, han recibido en la noche de hoy el homenaje del Ayuntamiento.

 

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En este acto de reconocimiento que tuvo lugar durante la Velada del Arte, el alcalde, José Julián Mena, ha recordado que estos hombres y mujeres, “tanto nacidos en el municipio como procedentes de otros lugares de la isla, eran el nexo de comunicación de nuestros padres y abuelos con el exterior, incluidos aquellos que se habían marchado a otros países, como Venezuela, en busca de un lugar mejor para ellos y sus familias”.

“Estos hombres y mujeres, que fueron un ejemplo de dedicación, son también una muestra de cómo hemos ido avanzando y modernizándonos con el paso de los años. Poco o nada nos parecemos a aquella Arona que abrió su primera estación telefónica en 1925”, ha agregado.

Los homenajeados han sido María Concepción Arvelo, Josefa Fumero, Antonio Fumero Sierra, Dolores Linares Reverón, Rosa María Alfonso, Teresa Morales Beltrán, Ana Mari Arvelo, Margarita Fumero Delgado, Nemesia García Linares, María Isabel García Linares, Aurelia Alayón Linares, Nieves González Rodríguez, Gloria González Rodríguez, Francisca Bethencourt Frías, María Dulce Rosa Domínguez Mena y Cipriano Correa Martín.

Ellos, o bien sus descendientes y personas cercanas, han ido recogiendo un obsequio de recuerdo de este homenaje de manos tanto del alcalde de Arona como de la concejala del área de Fiestas de la corporación, Pura Martín.

La Velada del Arte contenía en esta edición, además del reconocimiento público a las telefonistas, las actuaciones de Chago Melián y Goyo Tavío con el espectáculo Aromas de México y el Mencey Azteca.

La historia de la telefonía en Arona se inició en el año 1925, cuando se abrió la primera estación en el casco del municipio.

Reseña histórica de la telefonía en Arona

La joven Sauzalera María Concepción Arvelo Ávila, se presentó a unas oposiciones convocadas por el Cabildo Insular de Tenerife para cubrir una de las 25 plazas de aspirante a telefonista de la Red Telefónica Insular, obteniendo la plaza de la estación de Arona el 19 de Noviembre de 1925. 

Le concedieron el titulo de telefonista de tercera de la red insular con el haber anual de 1.200 pesetas teniendo que hacerse cargo de todos los gastos ocasionados por la central. Doña Concha, como así la llamaban los vecinos de Arona, llegó en barco acompañada por su padre Raimundo Arvelo García y con todos sus enseres desde Santa Cruz hasta el puerto de los Cristianos debido al mal estado de las carreteras de la época. 

Por aquel entonces, la central telefónica se ubica en la calle Duque de La Torre, cerca del Ayuntamiento de Arona y contaba con la ayuda de Doña Dolores Linares Reverón para acercar los avisos de las llamadas hasta la casas de los vecinos, por lo que era popularmente conocida como Lola la repartidora. Cuando la Compañía Telefónica Nacional se hizo cargo de las  centrales, nombran a Doña Concha encargada de la central de Arona el 1 de Agosto de 1945. En ese momento la central se traslada hasta la calle del Sol número 5, hoy conocida como calle Nueva, hasta un local propiedad de su esposo, Don Jose María Alfonso Sierra.

Año más tarde, con su jubilación, la sustituye en el cargo de encargada, su hija Doña Rosa María Alfonso Arvelo, que desempeñó su puesto hasta la  total automatización de los teléfonos y la desaparición de la central de Arona en abril de 1975.

Desde su ubicación en calle del Sol, la central contaba con el siguiente personal como primeras telefonistas, su hija Rosa María y Teresita Morales. Una vez que Teresita se marchó a Venezuela tras su matrimonio, la sustituye en el puesto Ana Mari Arvelo Álvarez.
 
Con el paso del tiempo, aumenta el número de abonados en Arona y con ello se hace necesario contratar a una nueva telefonistas, Margarita Fumero.  Poco después Margarita se desposa y en su lugar entra a trabajar como telefonista Nemesia García linares, conocida por Chicha. 

Hasta entonces la centralita solo contaba con un único cuadro manual que permitía atender las demandas de todos sus abonados. Con el paso del tiempo, este mismo cuadro se mejora de forma semi-automática. A la marcha de Ana Mari Arvelo, pasa su casamiento, se contrata en su lugar a María Isabel García Linares, Belela. 

Pasaron los años y el número de abonados crecía tal que se hizo necesario ampliar la central con un segundo cuadro y la contratación de una nueva telefonista, Doña Aurelia Alayón Linares, que se trasladó desde la central telefónica de Los Cristianos. Más tarde se necesitó un tercer cuadro y con ello, se contrataron a dos telefonistas más, las hermanas Nieves y Gloria González Rodríguez. 

La Central se abría a las 8  de la mañana y se cerraba al público a las diez de la noche, quedando la encargada Rosa María como responsable de atender cualquier llamada fuera de este horario. En su ausencia correspondía tal responsabilidad a Chicha. 

Como en la época, la electricidad de Arona, dependía del motor de Don Rafael Baute y este solo proporcionaba suministros eléctrico de 9 a 11, la central tenía que tener un motor propio que le servía para tener cargadas las baterías que mantenían los cuadros fuera del horario de suministro. Las telefonistas tenían turnos de 8 horas de jornada continua, comiendo en casa de la encargada.