Hanquet es asesor oficial del Festival Son Atlántico, que inició su programación de verano ayer jueves, 27 de agosto, con una charla, en el Centro Cultural de Los Cristianos, en la que reveló algunos de los secretos de nuestros mares, que él tanto conoce, como ha plasmado recientemente en Bucear en Canarias, la última entrega de su prolífica bibliografía. Antes de intervenir destacaron su valía, como estudioso de los cetáceos de Canarias, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Arona, Leopoldo Díaz Oda, y uno de los directores del Festival, Martín Rivero.
“Cuando salimos al azul [en referencia al mar] no tenemos ni idea con lo que nos vamos a encontrar. Es salir a mar abierto, sin bombonas, a pleno pulmón. Y nos sentimos en ese momento como algo torpes. Siempre nos sorprende el mar”, señaló Hanquet en el arranque de su charla, que estuvo salpicada de sugerencias muy interesantes.

Afirmó que “no hay lugar en el mundo que cuente con una guía de buceo como la que se acaba de publicar, que es el resultado de 400 inmersiones”. Hanquet dice que las islas son distintas para el interés de los buceadores. Destacó que este deporte se ha convertido en un reclamo turístico emergente en Canarias, habiéndose registrado el año pasado 500.000 excursiones submarinas.
Hanquet resaltó los atributos de cada isla para el buceo. En Tenerife destacan las rayas y las tortugas, en Gran Canaria hay pecios y resaltó el esfuerzo de La Palma para potenciar el submarinismo que se ha fomentado en esta isla, que ofrece como cualidad específica sus veriles a pocos metros de la costa. En El Hierro dijo que sobresalen, propiciados por la temperatura de sus aguas, excelentes ejemplares de mantas y meros. En Fuerteventura, con sus arenas blancas, se encuentra mucha vida marina, dijo. Puso énfasis en el hecho de que los pulpos más grandes están en La Gomera, donde el pescado se asusta mucho ante la presencia de extraños. No obstante, para Hanquet los fondos más espectaculares son los de Montaña Clara.
“En Canarias hay una cantidad de cetáceos impresionante, sobre todo en primavera y verano. Hemos registrado un censo de 350 ballenas calderones que habitan de forma permanente en las islas, lo que constituye una colonia como no hay otra en el mundo”, indicó Hanquet.
“No debemos tener miedo a los tiburones, son animales muy tímidos”, agregó el investigador belga afincado en Tenerife, que acaba de participar en un reciente avistamiento de un grupo de orcas en aguas del Mar de Las Calmas, coincidiendo con las labores de monitoreo de zifios en El Hierro, que financia la Fundación Biodiversidad.

Hanquet, que compara el comportamiento de los cetáceos en los fondos marinos con el de los humanos en la calle, contó una anécdota sobre las ballenas calderón, que viven de forma estable en las aguas de la costa de Arona. Dijo que una vez contempló como una calderón bajó hasta 1.000 metros de profundidad en tres minutos para comer en el fondo y esa misma ballena fue ese día a El Hierro y volvió. “Son animales poderosísimos”, agregó.