El consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Javier Parrilla, recuerda que “en estos tres años hemos tenido que solventar averías y accidentes que han puesto en jaque el regadío del sur de la isla, y no podemos mantener esta situación por más tiempo”. Parrilla incide en que el abastecimiento de agua para regadío debe entenderse como un servicio público “y en este caso es indispensable para el equilibrio hidráulico de la isla”. “Esta conducción es una obra pionera en la ingeniería hidráulica de transporte española, ya que fue un referente y lleva 30 años demostrando que la reutilización de las aguas es posible en el sector agrícola”, apuntó Javier Parrilla.

Dentro de las infraestructuras gestionadas por Balten, se encuentra la conducción de transporte de aguas regeneradas Santa Cruz‐Arona, que consta de un primer tramo de tubería de 6,63 kilómetros y que conduce las aguas hasta un depósito situado en El Tablero, de 15.000 metros cúbicos de capacidad. 

A partir de El Tablero se desarrolla la propia conducción de transporte de 62,22 kilómetros de longitud, que discurre de forma prácticamente paralela a la Autopista del Sur hasta la balsa de Valle de San Lorenzo, en Arona, de 250.000 metros cúbicos de capacidad.

Desde este punto, y tras un tratamiento para reducir los niveles de salinidad, se realiza la distribución de las aguas en la comarca agrícola de Las Galletas.

En este sentido, el consejero recuerda que la conducción que transporta agua regenerada desde Santa Cruz hasta la Balsa de Valle San Lorenzo ha cumplido 30 años de antigüedad 

Este servicio constituye un sistema de vital importancia para el desarrollo económico insular, principalmente para el sur, ya que gran parte de su finalidad es la distribución de agua para riego agrícola.

A este respecto, Parrilla recuerda que a principios de año se adjudicó el contrato de mantenimiento de todas las conducciones de agua, incluida esta, “pero en este caso se requiere una amplia actualización y mejora estructural”. 

Todos los servicios de este contrato se han optimizado desde la perspectiva de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, exigiendo un compromiso expreso a los licitadores e incorporando los criterios ambientales de manera transversal.