Científicos remarcan que se prevén olas de calor y fenómenos meteorológicos más extremos en Canarias en los próximos años
“Los datos demuestran que ya se está experimentando el cambio climático en Canarias. Hasta ahora ha sido algo más paulatino, pero nos acercamos a un punto de no retorno”.
Así de tajantes son las palabras de Fernando Valladares, experto en cambio climático y profesor de investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científica (CSIC). Él y Fernando Prieto, experto en ecología y coordinador del Observatorio de Sostenibilidad, exponen el impacto del cambio climático en las islas en las jornadas “Cambio climático y retos del Siglo XXI” organizadas por Rebelión Científica y que tienen lugar estos días en Tenerife como contraprogramación local a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) que comenzará el 30 de noviembre en Emiratos Árabes Unidos.
Ambos expertos coinciden en que se prevén olas de calor y fenómenos meteorológicos más extremos en Canarias en los próximos años que afectarán a las poblaciones de todas las islas. A este respecto, los datos demuestran que, en el pasado mes de octubre, en Canarias se midieron de media 3,6 grados centígrados más que el promedio de los últimos 30 años. Así mismo, “en los últimos 100 años, es decir, entre 1925 y 2022, en Tenerife las precipitaciones han disminuido un 17% y las temperaturas han aumentado 1,06 grados, una situación realmente preocupante”, explica Fernando Prieto.
Sin embargo, frente a esta realidad, añade el experto, “hemos aumentado las emisiones de carbono en más de un 49% y siguen incrementándose. Esto quiere decir que no estamos descarbonizando la economía, algo más impensable aún si cabe en unas islas con tantas posibilidades de fuentes alternativas de energía, y tampoco estamos realizando las actuaciones necesarias de adaptación para que nuestro modelo de desarrollo sea más sostenible y evitemos consecuencias catastróficas”.
En las jornadas informativas y divulgativas que se están desarrollando en la Universidad de la Laguna y en el Centro de Desarrollo Turístico de Costa Adeje ambos expertos exponen los retos climáticos a los que se enfrenta actualmente Canarias y todo el planeta. Así como los resultados que arrojan estudios actuales sobre la viabilidad de los modelos de desarrollo implementados y las soluciones que la comunidad científica considera esenciales para frenar la crisis climática.
Porque, destacan, la situación es crítica, pero hay medidas que, si se implementan de forma urgente, pueden revertir esta situación y evitar un mayor deterioro de los ecosistemas.
La delicada situación de Canarias
Actualmente en las islas, la planificación de numerosos proyectos turísticos y urbanísticos valorados por el movimiento Rebelión Científica como de gran impacto medioambiental y social, han generado un clima de cuestionamiento y resistencia por parte de sectores de la sociedad. Entre ellos se encuentran por ejemplo la intención declarada de ampliar las pistas de los aeropuertos, la proyección de un eco-resort en La Palma, del residencial de lujo Cuna del Alma o el puerto de Fonsalía en la costa de Adeje.
En relación con esto, y si no se cambian las prospecciones, el Informe Resumen 2017-2021 de Evaluación del riesgo, enmarcado dentro del Plan de Impulso al Medio Ambiente para la Adaptación al Cambio Climático (PIMA Adapta Costas) del MITECO y elaborado por Cartográfica de Canarias S.A. (Grafcan), reveló recientemente que, en menos de 80 años, más de 5.000 personas que viven en las Islas Canarias tendrán que dejar sus hogares debido a los efectos del cambio climático y como consecuencia de las inundaciones y la erosión de las zonas costeras. La mayoría de ellas perderán sus hogares y algunas de las poblaciones más icónicas o turísticas, no sólo de Canarias sino de España, desaparecerán.
Rebelión Científica es un colectivo integrado por personas pertenecientes a la comunidad científica y académica preocupadas por la crisis climática, ecológica y social y que buscan la aplicación inmediata de medidas de desarrollo sostenible para garantizar un futuro habitable.