Dicha exposición muy interesante está montada justamente en el salón de plenos del Ayuntamiento de Tijarafe hasta que Dios quiera, pero tenemos otra sorpresa en este artículo que seguramente ni los mismos vecinos de Arico en Tenerife sabían a qué se dedicaba Francisco Peraza durante veinte años.

Pues de manera legal, con toda la documentación en regla por parte del Ministerio de Interior, Francisco Peraza durante veinte años estuvo reparando armamento en un pequeño taller instalado en su propia casa, obviamente con las mejores alarmas de seguridad habidas y por haber, pero según nos confiesa en exclusiva para Sol del Sur, tuvo que abandonar el mundo de las reparaciones de armas por las presiones que recibía por parte de las nuevas generaciones que trabajan en los cuerpos de seguridad, sin entrar en detalles.

Reparaba todo tipo de armamentos, especialmente de la Guardia Civil, pero se fueron jubilando y bajo presiones sin entrar en detalles, optó por dejar ese trabajo que tanto amaba. Según confiesa Francisco, actualmente el mundo del armamento gracias a Dios está supercontrolado, aunque siempre existirá el mercado negro para cualquier tipo de productos y materiales.

También es verdad que actualmente trabajar con armas es peligroso, porque vivimos en una sociedad que busca la paz, pero tampoco podemos olvidar que en España tenemos cientos de miles de armas legales, especialmente las utilizadas para el mundo de la cacería, considerada inexplicablemente cómo deporte.

Terminamos el artículo presentándole al abuelo de Francisco Peraza, con el mismo nombre, uno de los hombres más poderosos de Canarias, quién comenzó con el cultivo de la cochinilla, Teniente Coronel Graduado de Milicias y Republicano, pero si desea saber más información, dese un paseo por el amigo Google y seguramente podrá seguir sorprendiéndose.