Este foro se desarrolla con vistas a debatir sobre la situación de la especie en el Archipiélago, principales fuentes de perturbación, métodos para la protección y restauración de la misma, su genética local, etc., así como para elaborar de forma consensuada el contenido del Plan de Conservación de los sebadales, documento que detallará la estrategia a seguir para la conservación de este importante ecosistema marino canario con especiales singularidades y único en la región macaronésica. 

El taller contará con la participación del Gobierno de Canarias, como responsable principal de la redacción del Plan, además de la Universidad de Las Palmas, el Instituto Español de Oceanografía, el Banco Español de Algas, el Instituto Tecnológico de Canarias, administraciones locales, así como empresas privadas implicadas en la evaluación, seguimiento y conservación de la especie. 

Este encuentro está estructurado en cuatro ejes temáticos: hábitats y especies, impactos, acciones de conservación y metodología de muestreo. Durante la jornada de hoy se procederá a la presentación del documento borrador del Plan de Conservación y de los resultados del seguimiento de las zonas de especial conservación y de la actualización de la cartografía de sebadales en las islas orientales, para posteriormente proceder a las discusiones en grupos. Mañana se disertará sobre las acciones de conservación y también se procederá a la discusión general de objetivos y en grupos.

Los sebadales son praderas de fanerógamas marinas (planta marinas) que cubren los fondos someros arenosos de las costas con moderada o baja exposición al oleaje en Canarias, siendo la Cymodocea nodosa (seba) la especie más importante. 

En la última década se ha observado una gran regresión en su distribución en las islas orientales, habiendo perdido entre un 50 y un 90% de su superficie. Los motivos de esta pérdida son diversos y por cuestiones tanto naturales como por las actividades humanas en el litoral. 

Debido a ello, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) catalogó a esta especie como 'vulnerable' el pasado mes de agosto. 

Tal y como refleja la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, la inclusión de un taxón o población en la categoría de 'vulnerable' conllevará la adopción de un plan de conservación que incluya las medidas más adecuadas para el cumplimiento de los objetivos buscados.