Por último, resaltó que “además del homenaje que tanto el Cabildo como la Sinfónica ofrecen a Armando Alfonso, éste también quiere tener un recuerdo a su mujer, fallecida recientemente”. “Estamos, por tanto, ante una velada inolvidable”, dijo el consejero insular de Cultura.

El concierto arrancó con la Suite nº 3 en Re Mayor (Aria), de Johann Sebastian Bach, obra escogida por Armando Alfonso porque era una de las piezas favoritas de su mujer y continuó con la obertura de Romeo y Julieta,de Chaikovski, para concluir con la Sinfonía nº 2 en Re mayor, op. 73 de Johannes Brahms.

El público mostró su cariño al maestro desde su primera aparición en el escenario, incluso con algunos espectadores puestos en pie para reconocer la labor de Armando Alfonso y su valor de afrontar la dirección de este concierto. A la conclusión, el maestro se vio obligado a salir a saludar en repetidas ocasiones.

Posteriormente, ya fuera del escenario, fue felicitado por muchos integrantes de la orquesta que, incluso, le pidieron una fotografía como recuerdo. Armando Alfonso reconoció en un encuentro con Enrique Arriaga y el director insular de Cultura, Alejandro Krawietz, que “ha sido una experiencia maravillosa”, aunque lamentó que el concierto estuviera condicionado por la pandemia. 

Los representantes del Cabildo se acercaron a felicitar al maestro. “Estamos muy orgullosos”, le comentó Arriaga, quien añadió que “el concierto ha estado fantástico y algunos músicos me han comentado que estaban muy contentos con la experiencia”. Krawietz, por su parte, apuntó que “todos nos hemos volcado en este concierto, el Patronato, los músicos y esta noche se ha sumado el público”.