Esta muestra de vídeo arte, con el comisariado de Omar- Pascual Castillo, se podrá visitar en el Espacio Cultural El Tanque desde mañana, viernes 18 de marzo hasta el 27 de mayo
El artista malagueño Carlos Aires nos sumerge en una realidad molesta en ‘Sweet dreams’
La serie de Carlos Aires ‘Sweet Dreams (are made of this)’ se compone de impactantes imágenes de catástrofes, guerras, violencia e iconos del día a día atribuidos al capitalismo, planteándonos la cuestión de sí nuestros sueños están hechos de dinero.
El artista (Ronda, Málaga 1974) vive en la actualidad en España, desarrollando con su trabajo una estética de la ambigüedad y una actitud analítica hacia nuestra forma de percibir la realidad. Desde el collage pasando por la fotografía, el video y la performance.
Este proyecto expositivo se abrirá al público mañana, viernes 18 a las 20:30 horas y se podrá visitar hasta el próximo 27 de mayo, de martes a viernes, de 17.00 a 20.00 horas, y los sábados de 11.00 a 14:00 horas.
Sweet dreams reúne cuatro potentes obras de videoarte bajo el comisariado de Omar-Pascual Castillo, en las que explora las relaciones que genera el artista entre los relatos descritos en cada una de las obras. Primeramente con Catarata video monocanal del año 2005 proyectado en loop, una obra en la que el artista altera imágenes de audiovisuales bajadas de la red, en las cuales la violencia física se manifiesta al borde de lo grotesco y lo gore, imágenes no de ficción sino extraídas de documentales. Por ello, Carlos Aires las emborrona, las violenta igualmente anulándolas, dotándolas de un relato paralelo sentimental o emocional. El conjunto apela a la necesidad de cuestionar los múltiples significados que de un modo automático asociamos a la imagen.
Contrario a lo que sucede con su obra observada desde una perspectiva global, la parcela que el artista andaluz, actualmente residente en Madrid y antes en ciudades como Amberes, Bruselas o New York, se distingue por estar centrada en esta relación que se establece con y desde la mirada, mediante el lenguaje videográfico.
Para ello, la palabra o la música siempre le han servido de perfectos anfitriones. Tal es el caso de Sweet dreams are made of this! una película de exquisita factura visual filmada en HD y proyectada en monocanal del año 2015, en cual la música de fondo, la canción versionada del famoso tema de título homólogo de los Eurythmics del año 1983, contrasta con la danza ejecutada por dos policías ataviados de sus uniformes de antidisturbios. La meticulosidad de la filmación, lo espectacularmente barroco de la locación el Museo Serralvo de Madrid, la cuidada coreografía y el movimiento infinito de la cámara, los personajes y la propia narrativa de las secuencias, resignifica todos los elementos en una sensualidad que borda o tatúa la pieza en nuestra mirada, cada gesto, cada roce nos estalla en la memoria.
Sin embargo, la obra realizada una década anterior a ésta, es más que el reflejo destellante de una mordaza, es el espejo de una liberación. Mr Hyde I del año 2004, título referido a la novela de terror fantástico Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde de Robert Louis Stevenson y a sus posteriores secuelas del cine, novela que ha creado un hito en la construcción de la mitología del cine fantástico y de terror, desvela tras una filmación a ciegas, con cámara oculta e infrarroja, qué ocurre en un Darkroom Gay de Amberes, donde la sexualidad se desborda, en pleno libertinaje promiscuo y liberador.
Y para cerrar, como ejercicio de contención y erotismo emocional al borde del melodrama, Mr Hyde III del 2004, expandido en varias pantallas como instalación múltiple nos despide o nos da la bienvenida, en imágenes robadas de transeúntes viajeros de aeropuertos de Europa, tras filmar de manera ocasional, en casi todos sus viajes. Apunta Omar-Pascual que, “Carlos Aires acumuló en un excelso archivo de encuentros, despedidas, abrazos, besos, tocamientos, caricias, en las que los humanos se transformaban una vez más en su lado más animal, pero no en el animal salvaje, sino en el animal doméstico y amoroso. Imágenes cargadas de una dramática cursi, kitsch, bobalicona, pero igualmente irónica que traspasa el paso del tiempo y el lugar y es universal. El mismo animal del que desde siempre el artista nos insiste que únicamente desea y quiere tener “Dulces Sueños’, de manera rítmica, sensual, divertida, con extraño sabor agridulce en los labios, una y otra vez, hasta que se acabe la música.
Carlos Aires está licenciado y doctorado en Bellas Artes por la Facultad Alonso Cano de Granada, y realizó el Master of European Arts and Cultures de la Leicester University y la Fontys Academy de Tilburg. Una vez concluida su licenciatura prorrogó su estancia en Holanda gracias a una de las Becas Manuel Rivera para la ampliación de estudios artísticos en el extranjero. Mientras estaba en Holanda fue becado por el Atelier del De Pont Museum de Tilburg, donde trabajó como montador de exposiciones mientras ejercía en paralelo de asistente del escultor holandés Guido Geelen. De 2001 a 2003 amplió estudios en el Hisk de Amberes y al año siguiente se trasladó a Columbus (Ohio, EEUU), para cursar el Master in Photography de The Ohio State University.
Carlos Aires es un artista visual con una base fotográfica y videográfica en sus trabajos, aunque sus orígenes como escultor son evidentes en la presentación de sus exposiciones. Sus provocativas obras esconden un drama detrás de la belleza, el dolor reflejado a través de una sonrisa.
Su obra ha podido verse en exposiciones organizadas por instituciones y museos como el Bozar de Bruselas (2005), Artium de Vitoria-Gasteiz (2010), el Museo Internacional de Arte Contemporáneo de Lanzarote (2011), el Museu Casal Solleric de Palma de Mallorca (2012).