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viernes, 19 de abril de 2024 11:41h.

Un cazador mata a Xanda, el hijo del león Cecil y símbolo de Zimbabwe

Hace dos años, el mundo se indignó con la muerte del león Cecil, un símbolo de Zimbabwe,  a manos de un cazador estadounidense llamado Walter Palmer y que tuvo que cerrar la clínica de odontología que dirigía por el brutal boicot y las amenazas que sufrió. 24 meses después del suceso, Xanda, el hijo de Cecil, también ha sido cazado.

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El hombre que le ha matado es un cazador llamado Richard Cooke que también estuvo implicado en la muerte de otro de los cachorros de Cecil, que tuvo lugar en 2015

Cecil y Xanda vivían en el Parque Nacional Hwange, situado en la zona de Matabelelandia Septentrional (Zimbabwe), y eran la principal atracción del lugar. Los dos disfrutaban de un estatus especial que protegía sus vidas de los disparos dentro del parque. Incluso ambos fueron estudiados por científicos de la Universidad de Oxford.

La muerte de Xanda se ha conocido gracias a una publicación de Facebook de la cuenta oficial del Parque Nacional Hwange que no para de acumular comentarios negativos sobre este hecho.

Xanda tenía 6 años de edad pero ya había sido padre de varias camadas de leones, que están siendo monitorizadas por investigadores del departamento de Zoología de la Universidad de Oxford. Uno de ellos,  el profesor Andrew Loveridge, asegura en declaraciones concedidas a The Telegraph  que “Xanda estaba controlado casi a diario gracias a unos collares dotados con GPS. Por eso sabíamos que pasaba gran parte de su tiempo en el parque nacional”.

En el Parque Nacional de Hwange la caza está completamente prohibida, pero al no existir muros o vallas para delimitarlo, los cazadores furtivos pueden entrar y disparar. Del mismo modo, los animales pueden salir de perímetro y ser cazados en zonas no protegidas. Este último parece haber sido el caso de Xanda, que ha aparecido muerto a poca distancia del lugar en el que estaba protegido.

Sea como sea, el cazador Richard Cooke, que trabaja para la firma RC Safaris, abatió al ejemplar y al percatarse de que llevaba un collar-ratreador que le identificaba como especie protegida, avisó a los responsables del parque de su acción y de la muerte del animal.

El propio Andrew Loveridge ha defendido a Richard Cooke en declaraciones concedidas al mismo medio británico: “Él es uno de los ‘hombres buenos’. Ha sido ético y ha devuelto el collar, avisando y asumiendo su acción. La caza de Xanda fue legal, ya que tenía más de 6 años y se encontraba fuera del parque”.

Se da la circunstancia de que la muerte de Cecil fue muy similar: también llevaba collar pero salió del parque y fue cazado. Aunque las autoridades de Zimbabwe aseguraron en un primer momento que su caza fue legal, la indignación internacional por este hecho hizo que finalmente el cazador local  Theo Bronkhorst, que también participó en la batida, fue detenido por no haber evitado la muerte del león y de haber arrastrado su cadáver fuera del parque.

En un primer momento, se responsabilizó a un cazador español de la muerte de Cecil, pero poco después se supo que el responsable fue el dentista Walter Palmer que sufrió una bestial campaña de acoso en Internet y en la vida real por este hecho.