El calentamiento global ha provocado un deterioro brusco de muchos de sus hábitats, lo que ha llevado a que muchas de sus especies se encuentren en estado de vulnerabilidad según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Loro Parque da hogar a cinco especies de estas magníficas y carismáticas aves, tanto pingüinos polares, como de Humboldt.  Loro Parque como miembro de la Asociación Europea de Zoológicos (EAZA) ha desarrollado un programa de reproducción de estas especies con rotundo éxito, tanto es así, que se puede dar el intercambio de ejemplares entre las instituciones para mantener líneas genéticas sanas en las diferentes poblaciones. 

“Mantener a estos animales bajo cuidado humano tiene un alto valor para obtener conocimientos más profundos sobre las especies. Los zoológicos, como centros de conservación, son medios controlados donde se puede estudiar la especializada biología los pingüinos. Estos conocimientos permiten entender mejor los problemas a los que se enfrentan en la naturaleza”, explica Rafael Zamora, director científico de Loro Parque Fundación.

Los pingüinos juegan un papel clave en la buena salud de los ecosistemas ya que son muy importantes en la cadena alimenticia, tanto como predadores y como presas; si estos desaparecieran habría un desequilibrio en las cadenas de otras especies marinas que también podrían desaparecer.

En este contexto, con el fin de reducir los efectos del cambio climático, Loro Parque lleva años implementando acciones para reducir el impacto del ser humano en el medio ambiente, lo que le ha llevado a convertirse en el primer zoológico del mundo en obtener una huella de carbono negativa. Estas acciones se suman para contribuir a la supervivencia de los ecosistemas donde habitan estos extraordinarios animales.