Tras recibir la alerta en el 1-1-2, la médico coordinadora del SUC, presente en la sala operativa, valoró la situación de la gestante y estableció la movilización de una ambulancia de soporte vital avanzado hasta la vivienda. Allí su dotación, compuesta por un médico, un enfermero y un técnico de emergencias sanitarias, comprobó tras una primera exploración que la mujer ya presentaba contracciones y el parto era inminente. 

En estas circunstancias, como ya no había tiempo para trasladar a la gestante, embarazada de su primer hijo, hasta el hospital antes de que comenzará el proceso de parto, y para mayor seguridad, el equipo médico decidió atenderlo en el domicilio. 

La llegada del bebé, una niña, trascurrió sin complicaciones y ambas fueron trasladadas en buen estado en la ambulancia hasta el Hospital Universitario Materno Infantil de Gran Canaria, donde quedaron ingresadas.