Desde que se mudó a Las Palmas a finales de los 60, Betty Burgess ha dedicado más de 50 años de su vida a la comunidad británica en Gran Canaria. Sus actividades incluyen la promoción del gran impacto histórico, social y económico de los colonos británicos en la isla; trabajar sin descanso para mantener la presencia británica en la isla, mediante su labor con el British Club de Las Palmas, la Iglesia Anglicana de la Sagrada Trinidad y el Cementerio Británico, y ayudar a los ciudadanos británicos más vulnerables a través de su labor como voluntaria.

El embajador del Reino Unido, en Madrid, Hugh Elliott, ha comentado:

“Es extraordinario que estos ciudadanos británicos hayan sido galardonados al mismo tiempo. Es un verdadero testimonio de lo profunda y diversa que es la relación entre el Reino Unido y España y de lo mucho que aportan los ciudadanos británicos a sus comunidades, repartidas por toda España.

Betty trabajó en el Consulado en Las Palmas en 1974 y su apoyo a los más vulnerables ha continuado desde entonces, incluida la ayuda a algunos de nuestros usuarios más necesitados. Betty es una persona muy respetada y muy querida en la comunidad local y este reconocimiento, que además coincide con su 80 cumpleaños, es muy merecido”.

Betty Burgess dijo: “Siempre que he podido ayudar a residentes o turistas británicos que se encuentran con una situación desconocida, preocupante o especial, en Gran Canaria, lo he hecho con gusto y sin pensar en ningún tipo de reconocimiento. Así que estoy asombrada y encantada de recibir la Medalla del Imperio Británico y de que mis pequeños esfuerzos hayan sido considerados como merecedores de este premio”.