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viernes, 29 de marzo de 2024 00:49h.

BARCELONA 2-0 SEVILLA: LOS BLAUGRANA HAN GANADO SU TÍTULO MÁS COSTOSO Y SUFRIDO DE LA TEMPORADA

El FC Barcelona campeón de La Copa del Rey

Un gol de Jordi Alba en los albores de la prórroga desequilibró un encuentro disputadísimo entre FC Barcelona y Sevilla. Un encuentro que tuvo totalmente en su mano el Sevilla, con la expulsión de Mascherano en la fase final de la primera parte. Pero los de Emery no supieron meterle mano a los culés ni con uno más, durante toda la segunda parte, y la expulsión de Banega cuando se consumía el tiempo oficial hizo presagiar lo peor para los hispalenses. En la prórroga, el gol cayó como un puñetazo a la mandíbula y los de Emery, tras darlo absolutamente todo, no tuvieron más para sobreponerse a unos culés que ya fueron lanzados.

BARCELONA CAMPEÓN DE COPA
BARCELONA CAMPEÓN DE COPA

El partido tuvo una primera parte que ganó el Sevilla a los puntos. Se desarrolló por los cauces esperados, dominio absoluto del cuero por parte de los culés, contras eléctricas del Sevilla, buscando en velocidad a Gameiro a la espalda de los centrales.  Pero el dominio culé, aplastante en cuanto a porcentajes, no cristalizaba en ocasiones de gol claras. Solo cuando Iniesta aparecía, el ataque blaugrana gozaba de cierta claridad pero en líneas generales la zaga de Emery consiguió desconectar a la MSN, con un Messi my lejos del área, un Suárez desaparecido y un Neymar impreciso.

El Sevilla tampoco generó una catarata ofensiva pero sí que hizo trabajar a Ter Stegen, en especial en la acción clave de la primera parte. Los de Emery consiguieron encontrar a Gameiro en uno de sus enésimos desmarques a la espalda de los centrales. El francés le ganó la partida a Mascherano y se preparaba para encarar a Ter Stegen cuando el argentino optó por trabarle por detrás. Roja y falta peligrosísima en la frontal, que Banega mandó con absoluta malicia a la escuadra para la espectacular estirada del gigante alemán, que mandó el balón a córner. Tuvo su réplica el Barça antes del descanso, con un córner  lanzado magistralmente por Rakitic que Piqué envió de cabeza a centímetros del palo de Soria. Sin tiempo para más, el encuentro se fue 0-0 al descanso.

 

Y se iría también 0-0 al final de los 95 minutos hasta los que se alargó el partido. Un Barça que tiró de supervivencia extrema liderado por un colosal Gerard Piqué, principal causante de que el partido no se resolviera en el tiempo reglamentario. Y un Sevilla que tuvo opciones de marcar, más por arrase que por fútbol. Los de Emery abusaban del centro lateral, un oficio en el que su delantero Gameiro, de 1,72 de estatura, sufría bastante. Quizás le faltó valentía a Emery para meter a Llorente e ir definitivamente a por el encuentro, pero la situación de superioridad era tan aparentemente favorable que Unai no se atrevió a tocar nada.

El Sevilla merodeó continuamente el área de Ter Stegen pero solo en situaciones excepcionales conseguía hacer auténtico peligro. Una de ellas fue el tirazo de Banega al palo, que pudo desequilibrar el encuentro. Y si el argentino pudo desequilibrarlo, finalmente acabaría reequilibrándolo cuando, tras trabar a Neymar por detrás, veía la tarjeta roja y volvía a poner el partido en igualdad numérica. 10 para 10, con un Sevilla que empezaba a notar el factor final de Europa League y un Barcelona también exhausto, que había perdido a Suárez por lesión. Con este escenario, el partido se fue a la prórroga.

Y tras sobrevivir lo indecible, golpeó el Barça en la prórroga. Un enorme balón de Messi al desmarque de Jordi Alba en casi su primer ataque del partido que acabaría valiendo una final. El lanzamiento, blandito, despistó a Rico, que se quedó a media salida dejándole el hueco al lateral del Barça para que cruzara el balón y lo alojara al fondo de sus mallas. Pintó muy bien para el Sevilla pero lo tenía en su mano el Barça en el minuto 3 de la prórroga.

El gol destruyó al Sevilla al que de golpe le sobrevino el cansancio de toda la temporada, final de la Europa League incluida. Los sevillistas habían llegado muy lejos a base de garra y voluntad pero verse por detrás en el marcador tras haber tenido al Barça a su merced durante tanto tiempo fue demasiado para su moral. Emery lo intentó a la desesperada dando entrada a Llorente que ni si quiera llegó a rematar a puerta para un conjunto hispalense al que ya no le quedaba nada que dejar en el campo.  Con los andaluces rendidos, el Barça redondeó el encuentro con una buena jugada entre Rafinha y Messi que daba su segunda asistencia del partido, esta vez para Neymar que puso el definitivo 2-0. Una versión de los culés no habitual, más combativa que estética, más sufrida que autoritaria pero que a fin de cuentas le sirve para levantar su segundo título de este 2016.