Los malagueños fueron superiores en defensa y en porcentaje de triples y con un equipo coral lograron ir siempre delante en el marcador, con ventajas que llegaron hasta los trece puntos, aunque el Canarias pudo poner a tiro de dos a falta de 30 segundos tras un robo de Fitipaldo que el propio base desperdició. Ahí terminó la remontada canarista, que supo rearmarse en el segundo tiempo tras 14 pérdidas en los dos primeros cuartos, un hándicap que se unió a los tiros libres errados, algo inusual en las huestes de Vidorreta.

Fue tan diferente el Canarias en el tercer cuarto que anotó dos puntos más (19) que en todo el primer tiempo, pero aún así nunca pudo cazar al Unicaja, más físico y con más recursos desde el banquillo. El Canarias se tuvo que conformar con ser segundo, que no está mal en su cuarta final de una competición hecha casi a su medida y que ya ha conquistado en dos ocasiones.