Deportes
La XXIII Clásica Tenerife muestra de nuevo el enorme patrimonio del motor en las islas y sorpresa en la etapa final
José Carlos Rendón y Samanta Montaner lograron estrenarse en lo más alto del podio de la Clásica Tenerife, al superar a los grandes favoritos Óscar Álvarez y Jorge Garcés (Lancia Fulvia) en la accidentada etapa en Anaga, para ganar la vigesimotercera edición de la prueba de regularidad en vehículos clásicos más reconocida de España. Diego Acosta-Marina Monterrey, con Triumph TR6, se impusieron en la categoría de turismos.
El joven matrimonio Rendón-Montaner, a bordo de un MG A, del año 1955, estuvieron entre los tres primeros durante todo el rally y supieron aguantar los tiempos en las colas en Las Mercedes para alcanzar el liderato, mientras Álvarez y Garcés perdían puestos -terminaron decimosegundos- al encontrarse con una de las muchas guaguas de turistas que ayer visitaron el parque natural de Anaga. Tanto es así que la dirección de la carrera, con buen sentido, decidió suprimir el tramo cronometrado 16 de Las Mercedes a Cruz del Carmen.
Rendón y Montaner recibieron el trofeo de manos de Alicia Cebrián, concejala de Deportes del Ayuntamiento de Santa Cruz y del representante de Caixabank, Guillermo Guigou, dos de los patrocinadores de la prueba. Los jóvenes Rendón y Montaner señalaron que "supimos no ponernos nerviosos en los últimos tramos y aprovechamos para ir recuperando tiempo perdido", reconociendo con una sonrisa que "como matrimonio nos pusimos el objetivo de no discutir y lo logramos", mientras que Samanta hacía un llamamiento a "seguir fomentando pruebas como esta, que no deja de ser una gran familia, entre otras razones porque te permite descubrir desde el coche los paisajes bellísimos de Tenerife".
La llegada, en torno a las dos y media de la tarde, se produjo después de una complicada travesía del macizo de Anaga, ante los atascos ocasionados por turistas y domingueros. Algo por otra parte ya previsto por la organización, encabezada por el presidente del RACT, Miguel Hernández Calzadilla y el director de carrera, Leopoldo Mansito, al tratarse de un rutómetro por carreteras abiertas, en donde prima lograr la media de velocidad que se exige en cada tramo y no quien lo hace en el menor tiempo posible, tanto en los 41 coches que terminaron en regularidad como en los 33 que lo hicieron en Turismo, sin contar media docena de deportivos modernos (McLaren, Ferrari o Lamborghini) que lo hicieron en la categoría Tributo.
La 23 edición de la Clásica de Tenerife salió el viernes a primera hora de la mañana del parque García Sanabria con un centenar de vehículos participantes, para recorrer hasta el domingo más de 550 kilómetros en tres días por el norte y oeste de la isla, siempre en horario diurno por carreteras de carácter insular o comarcal, acompañados por una excelente climatología, tanto en las alturas (Las Cañadas del Teide, Chío o El Tanque) como en la costa, Puerto de la Cruz, Garachico o Los Gigantes. Solo en el último paso por Anaga, desde Pedro Álvarez hasta El Bailadero, se encontraron con asfalto húmedo y con tráfico lento. Por lo demás, pilotos y navegantes disfrutaron de una Clásica que volvió a demostrar el gran patrimonio del motor con el que cuentan las islas, único en España. Unas joyas mayoritariamente con setenta o cincuenta años de historia que siguen en pleno funcionamiento, a pesar de algún caprichoso tornillo, gracias al esmero con lo que los cuidan sus propietarios.
Clasificaciones
En la clasificación general combinado, en segundo lugar quedaron Jochen Alexandre-Nicolás Sánchez, con Lancia Fulvia, siendo primeros en la categoría F, donde David Liceras y Ainhoa Ayarra (Triumph Tr5), ganadores el año pasado, fueron terceros. En la categoría D, José Carlos Rendón (padre) y Francisco José García, con Jaguar XK120 OTS, lideraron la categoría D, dentro del apartado de regularidad.
Argentinos
En esta edición, que ha vuelto a tener carácter internacional, con pilotos ingleses, alemanes y hasta un pakistaní, sobresalió este año la presencia de dos parejas de pilotos argentinos, que se mostraron entusiasmado con la experiencia y con ganas de volver a repetir. Clasificatoriamente no destacaron en la categoría de turismos, pero para ellos ya resultó un éxito participar y llegar a la meta. Walter Augusto D'Agostini y Carlos Alberto Ferreyra, con BMW 2002, de 1973, ocuparon la plaza 22, mientras que sus compatriotas Miguel Ángel Buffo y Fernando Antonio Fassio, con Alfa Romeo GT 1300 Junior, matriculado en 1965, ocuparon el puesto 33. Otro argentino, con años ya afincado en Tenerife, Dalmiro Gómez, terminó en quinta posición con el Mercedes Benz 220S, de 1963, conducido por Antonio Castro Trujillo.