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La XXIII Clásica Tenerife recorre Las Cañadas del Teide, el Oeste y Norte de la Isla en la primera etapa
La vigésimo tercera edición de la Clásica Tenerife, el mayor rally de regularidad de esta categoría de cuantas se celebran en España, se puso en marcha a las nueve y media de la mañana en el parque García Sanabria, después de guardarse un respetuoso minuto de silencio por las víctimas de las inundaciones de Valencia. Además todos los coches llevaron una pegatina con un crespón negro en señal de luto, sin que se procediera a ninguna baja de bandera ni presencia de autoridades por tal trágico suceso.
La salida, ante cientos de curiosos y aficionados al motor, comenzó con la puesta en marcha de media docena de grandes deportivos modernos (Ferrari, McLaren y Lamborghini) en la categoría de Tributo, mientras poco después salían los auténticos protagonistas de la competición de regularidad, los coches matriculados entre los años cuarenta y setenta, auténticas joyas del automovilismo canario, sobresaliendo marcas como Jaguar, Mercedes, Triumph, Alfa Romeo, Austin y este año los BMW, en un amplio abanico que recoge la presencia nada menos que de 89 modelos diferentes dentro de las 25 marcas participantes.
Entre los participantes destaca la presencia de dos parejas de argentinos (Walter D'Agostini/Carlos Ferreyra y Miguel Buffo/Fernando Fassio), que se estrenan en la Clásica, así como equipos ingleses, alemanes y venidos de la Península, como la pareja madrileña Liceras-Ayarra, ganadores el año pasado.
La primera etapa transcurrió con normalidad gracias a un excelente clima y la habilidad de los pilotos, más allá de algún contratiempo de los navegantes para cuadrar los tiempos debido a la densidad de visitantes en Las Cañadas o los ciclistas en las carretera de Garachico a Puerto de la Cruz.
Esa etapa salió de Santa Cruz rumbo a Machado, por El Tablero, para coger la carretera de El Portillo y atravesar Las Cañadas para bajar por Chío hasta Los Acantilados de Los Gigantes, donde se hizo la primera parada para almorzar y quedar expuestos los vehículos en el hotel Los Gigantes. Desde ahí se partió al norte, con pasos por Santiago del Teide, Garachico e Icod para llegar al Puerto de la Cruz a través de la TF-5. Concretamente pasadas las cinco de la tarde el centenar de vehículos quedó expuesto en la avenida Cristóbal Colón.
Mañana, la segunda etapa volverá a pasar por Garachico, subirá a El Portillo, para luego recorrer el Valle de La Orotava.
El domingo terminará la Clásica con un rutómetro que tiene pasos por Las Canteras, en La Laguna, atravesar el parque natural de Anaga y llegada en torno a las tres de la tarde al parque García Sanabria, donde se realizará la entrega de trofeos.