Si analizamos los métodos de pago actuales, vemos que no tienen nada que ver con los utilizados cinco años atrás. Aunque las criptodivisas todavía se consideran un activo financiero poco estable, lo cierto es que cada vez se utilizan más en los pagos virtuales por su alto potencial.

La falta de regulación de esta moneda por parte de los bancos centrales hace que todavía exista bastante desconfianza respecto a su seguridad y garantías. Inicialmente, esta se ha venido empleando más bien como un instrumento financiero de inversión con el que obtener beneficios a corto, medio y largo plazo gracias a su carácter volátil.

Todo apunta a que en los próximos años veremos cada vez más otros métodos de pago que permitan emplear las criptomonedas. Si analizamos el mercado financiero, son más los usuarios que se animan a comprar o intercambiar este tipo de recurso financiero digital.

El uso de las criptomonedas como dinero para pagar por servicios o productos digitales

Algunas de las empresas que ya han comenzado a utilizar las criptodivisas como dinero solo, por ejemplo Microsoft. Su servicio basado en la nube (Azure) tiene habilitada la opción de realizar pagos con Ethereum (una de las más populares). Sorprendentemente, también acepta Bitcoins en el caso de las cuentas personales, siempre que sea para adquirir productos digitales como apps, juegos concretos y películas. 

Otros negocios como Expedia o Fotocasa aceptan como moneda de pago el Bitcoin. Uno de los grandes retos a los que se enfrentan los comercios electrónicos es la inclusión de esta moneda como método de pago, la razón es que no existe ni se ha definido un proceso estandarizado en el cual se puedan convertir a euros, sin embargo sus características de la regulación de las criptomonedas en España están más definidas.

Por su parte, la tecnología sigue avanzando dentro del sector del transporte. Más allá de querer modernizar el servicio y mejorar la experiencia de los usuarios. Ya se ha dado el caso en España y alguna compañía de taxis ha decidido emprender un nuevo tipo de colaboración con startups especializadas en el uso de las criptodivisas como recurso de pago. 

La irrupción de métodos de pago menos convencionales como los wallets, también conocidos como billeteras digitales, permiten almacenar información y distintos tipos de moneda como el Bitcoin o Ethereum. Existe un claro salto generacional en la utilización de este tipo de servicios financieros y son los más jóvenes los que ya tienen más que interiorizado el uso a través de sus smartphones. https://changelly.com/es

En este sentido, existen dos tipos de wallets principales que los usuarios pueden utilizar.  Por un lado, tenemos los denominados hot wallets que adquieren en forma extensiones propias (que se pueden instalar dentro del navegador de Google o de Microsoft) o como aplicaciones dentro del smartphone. Esto  lo que permite es mejorar la accesibilidad a los recursos financieros y ganar en velocidad de pago.

Por otra parte, están los cold wallets que básicamente son un sistema hardware que funciona sin conexión a Internet. Podría calificarse como el sistema más seguro, ya que evita posibles ataques de phishing o similares con el objetivo de extraer información confidencial del propietario. 

La evolución natural de los procesos de pago y el uso de las criptodivisas

Aunque la sociedad avanza a pasos agigantados, la realidad es que no todos los comercios y todos los negocios están dispuestos a aceptar el uso de las criptodivisas como moneda digital de intercambio. Hasta ahora, su actividad quedaba supeditada a su compra en mercados específicos y plataformas autorizadas.

Otro de los motivos por lo que la mayoría de los usuarios desconfían de este mercado es por el hecho del gran volumen de estafas y fraudes electrónicos que surgen cada día. Por esta razón, es fundamental encontrar proveedores de confianza, transparentes y que cuenten ya con un largo recorrido a sus espaldas. También es importante identificar aquellas criptomonedas que llevan más tiempo en activo y no dejarse llevar por las tendencias o por los movimientos virales que puedan surgir en un determinado momento.