La organización ecosocialista reclama al Gobierno de Canarias y al Cabildo de Tenerife que, con su acuerdo sobre la realización de un estudio de viabilidad, eviten repetir malos ejemplos, como el del Observatorio Ambiental Granadilla, que “solo sirvió para malgastar fondos públicos”, apunta Fuentes, al tiempo que exige “sea elaborado con rigor y que la comunidad científica de las universidades canarias desempeñe un papel fundamental en él”. 

Sí se puede considera que “el posicionamiento claramente a favor del puerto de Fonsalía por parte del Cabildo y del parte del Gobierno autonómico no ofrece ninguna garantía de independencia y democracia en los resultados de este estudio porque su encargo convierte a ambas instituciones a su vez en juez y parte”, destaca Fuentes.

“Franquis y Martín se quedan solos en este barco –nunca mejor dicho, sin puerto donde atracar–. Están solos frente a un rechazo social generalizado y manifiesto y una oposición política que los deja en dique seco, después de que sus socios en el gobierno canario se hayan desmarcado explícitamente del apoyo a esta infraestructura tan solo tres meses después de que dos de ellos la hubieran haberla apoyado en el Parlamento, donde solo la coalición de la que forma parte Sí se puede, Sí Podemos Canarias, manifestó de forma coherente su voto contrario a la proposición no de ley (PNL) del PP para instar al gobierno autonómico a impulsar la construcción de este puerto, que había quedado paralizada al ser descartada por Costas”, destaca el portavoz ecosocialista.

A juicio de Sí se puede, “el puerto de Fonsalía no va a salir adelante porque contradice la legislación vigente y el interés general de la sociedad canaria. Más le valdría a Martín y a Franquis ser coherentes con las declaraciones de Emergencia Climática y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que los gobiernos que representan dicen defender. Sí se puede los insta a salir ya del negacionismo ante las preocupantes advertencias que nos hace la mejor ciencia de la que disponemos, que es muy clara en cuanto al papel del desarrollismo mal entendido en el desastre ambiental hacia el que nos encaminamos”, subraya Fuentes.