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jueves, 28 de marzo de 2024 20:56h.

El PSOE de Los Realajos enmienda el nuevo PGO por desarrollista y carecer de servicios adecuados

El portavoz del Grupo Socialista, Miguel Agustín García, alerta de que el documento sigue muy alejado de las necesidades reales de Los Realejos, al obviar el descenso de residentes de los últimos años y prever una población totalmente irreal, con nuevos servicios a gran distancia de los principales núcleos y careciendo de algunos imprescindibles.

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El PSOE también rechaza que no se contemplen equipamientos turísticos y deportivos pese a la propaganda del PP sobre el modelo de desarrollo ideal para las próximas décadas, teme por el futuro de Los Príncipes por la gran presencia de infraestructuras especiales en éste y otros espacios rústicos locales y advierte del desfase del plan por olvidar una ley del suelo que, si bien los socialistas rechazan a escala regional por diversos puntos claves, hará inútil esta nueva fase de aprobación del PGO y supondrá una pérdida de tiempo y dinero hasta que no se adapte a la normativa ya vigente en la Comunidad. 

El Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Los Realejos, que dirige Miguel Agustín García, ha presentado nuevas alegaciones al Plan General del municipio que elabora el PP y que, de entrada, se arriesga a ser una fase inútil porque el documento obvia la nueva ley del suelo de Canarias.

Los socialistas dejan claro que esta crítica local no difumina su rechazo a la normativa aprobada por CC, PP y ASG en el Parlamento regional. Al contrario, aprecian errores muy similares en ambos textos, principalmente por su espíritu desarrollista y alejado de las verdaderas necesidades de la población, pero si advierten de la pérdida de tiempo y dinero que supone aprobar un PGO con este olvido hasta que no se adapte a la nueva normativa de la Comunidad.

No obstante, y más allá de esa imprescindible adaptación, el PSOE realejero, tal y como ya ha hecho en otros momentos de la tramitación del PGO, vuelve a censurar con fuerza al gobierno local por su ceguera y empeño en propiciar un desarrollo sobredimensionado, irreal y, de darse, ya que resulta casi inverosímil en la actual coyuntura económica y poblacional, muy perjudicial para el futuro de Los Realejos. El plan sigue previendo un crecimiento del número de residentes que poco tiene que ver con el descenso de los últimos años, con el envejecimiento de la población en general en Canarias y España y con las previsiones de expansión urbanística genéricas en municipios similares del Archipiélago.

Además, Miguel Agustín critica que, pese a toda la propaganda que continua desplegando el PP de Manuel Domínguez, el texto previsto obvia no contempla en ningún lado ese modelo turístico y deportivo del que tanto alardean los conservadores, al carecer de nuevos equipamientos de esta índole, lo que imposibilita una ciudad así.

Por el contrario, prevé servicios muy alejados de los principales núcleos de población y no incluye algunos imprescindibles desde hace tiempo, aparte de incluir infraestructuras especiales en suelos rústicos que no pueden más que hacer temer al PSOE por el equilibrio ambiental. En este sentido, el principal problema puede darse en Los Príncipes, que, pese a la aparente intención del gobierno de respetar la exigencia de buena parte del resto de grupos y de la población local de alejar cualquier ambición constructora o especulativa de este rincón emblemático, introduce posibles equipamientos que dejan en entredicho esta protección.

Por estas razones, el PSOE plantea trece nuevas alegaciones para diversas zonas locales. Así, y con el fin de garantizar más la protección de Rambla de Castro, propone un cambio de alturas y que el espacio libre 159 se ubique en otro lugar, ya que, al estar en un socavón de grandes dimensiones, no sería aprovechable por la ciudadanía. 

En cuanto a nuevas vías, el PSOE cree imprescindibles aliviar el tráfico en la rotonda principal de acceso al municipio desde la TF-5, la ubicada junto al célebre Castillo. Por eso, propone habilitar una nueva carretera que una la de La Higuerita y la Tf-320. 

En Toscal-Longuera, se pide que el suelo del estadio Antonio Yeoward, de propiedad municipal, se catalogue como dotacional y no como urbanizable, situación que se da también con el parque de ocio de La Higuerita, el campo de fútbol de Icod El Alto y el cementerio de este barrio clave. 

Otro de los olvidos flagrantes, más allá de si se desarrolla antes o después el proyecto del tren del Norte, es que no se contempla el espacio necesario para los raíles de esta infraestructura prevista por el Cabildo y una posible alternativa a las colas en la autopista, con lo que, como mínimo, el PGO debe reservar el suelo necesario. Asimismo, se prevé ampliar el suelo urbanizable del polígono industrial de La Gañanía, algo totalmente innecesario a tenor de que apenas se ha urbanizado un 20% de lo contemplado hasta ahora.

Tal y como reclama el PSOE en una propuesta que se debatirá en el pleno de este mes, se pide también que se incluya la infraestructura cultural (para actividades teatrales) prevista desde el año 2002 en el convenio con la compañía Medio Almud, equipamiento que iría en el número 20 de la calle Real, en Icod el Alto. Asimismo, se quiere modificar la calificación de la parcela del cine Rialto, en este mismo núcleo, para que pueda albergar actividades culturales.

Desaparecen infraestructuras proyectadas que son una necesidad desde hace tiempo como la rotonda en el enlace entre La Montaña y la Carretera de La Luz, una demanda de los vecinos y vecinas de la zona para agilizar el tráfico. 

Además, se duda de que el modelo elegido para los asentamientos rurales cumpla la normativa insular y se pide un análisis y un replanteamiento de esta situación, aparte de que, por supuesto, se presenta una alegación para garantizar la preservación del espacio de Los Príncipes y de otras zonas agrícolas y verdes en peligro, como la de la SRPIE esp. 1. Sobre las zonas verdes, a su vez, se propone su acercamiento a los núcleos poblacionales, de manera que se le facilite a la población su disfrute y se propicie una vida comunitaria más equilibrada y edificante, con mayor armonía entre lo urbano y lo natural.