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viernes, 19 de abril de 2024 00:49h.

Sí se puede rechaza el lanzamiento de misiles en aguas canarias

Sí se puede rechaza el lanzamiento de misiles en aguas canarias, que fue programado para esta semana, dentro de un ejercicio de adiestramiento del ejército español, en el océano al sur de las islas de La Gomera y El Hierro, en un área cuyo punto más próximo se sitúa a 35 millas de La Gomera. 

 

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Hugo Cejas: “Es imprescindible detener la militarización creciente de Canarias; queremos que nuestra tierra sea una plataforma oceánica de paz y solidaridad”

El portavoz de Sí se puede y candidato de la coalición Unidas Sí Podemos al Parlamento de Canarias por la lista archipelágica, Hugo Cejas, asegura que “es imprescindible detener la militarización creciente y continua de Canarias; queremos que nuestra tierra sea una plataforma oceánica de paz y solidaridad”. Cejas se manifiesta así tras conocerse que el Ejército del Aire y del Espacio programó para esta semana un ejercicio de lanzamientos de misiles reales Aire-Superficie y Aire-Aire en aguas al sur de Canarias, conocido como “operación Atlante 23”, concebida como un ejercicio de tiro, en el que se contempla el lanzamiento de misiles Aire-Superficie, HARPOON y HARM, entre otros.

La organización ecosocialista apuesta por hacer del Archipiélago una plataforma oceánica de paz y cooperación, involucrada preferentemente con los países de África, y propone trabajar para anclar en el sistema jurídico internacional la fórmula de un Estatuto de Territorio de Paz y Cooperación como vía para resituar el papel geoestratégico de Canarias, desde esta perspectiva, en la construcción de relaciones entre los pueblos basadas en el respeto, la solidaridad y el diálogo, alejadas de los intereses económicos que impulsan las guerras y del empleo de políticas bélicas para el expolio de las riquezas de países militarmente más débiles. 

“Esto es lo que se corresponde con el mandato popular emitido en el referéndum sobre la OTAN en marzo de 1986, en el que el pueblo canario expresó claramente su opción por la paz”, subraya Cejas, quien considera “injustificada y contraria a nuestros intereses la realización de estos ejercicios de lanzamiento de misiles”. 

El portavoz de Sí se puede destaca que las 744.700 hectáreas dedicadas a maniobras militares y los más de 50 kilómetros cuadrados declarados como zonas de interés de Defensa en las Islas sitúan a Canarias entre las grandes bases militares archipelágicas del mundo, auspiciadas por la OTAN, junto a Chipre, Guantánamo y Pearl Harbor, según establece el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) del Ministerio de Defensa. 

Las islas son la quinta comunidad autónoma del Estado español con más personal militar: hay un cuerpo militar y de fuerzas del orden por cada 116 habitantes, un militar por cada 145 habitantes. A ello se suman las maniobras frecuentes en Fuerteventura y Lanzarote, el proyecto de instalación de armas y unidades de combate en esta isla con las miras puestas en África, la consolidación de la ocupación de espacios que Defensa preveía abandonar hace años, como Hoya Fría, en Tenerife, y La Isleta y El Arsenal, en Gran Canaria, y la recuperación del proyecto del radar de Malpaso, en El Hierro, la agrupación y el adiestramiento de tropas y la concentración de arsenal, un proceso sigiloso de remilitarización con material de alta tecnología. 

Daño ambiental

Para Sí se puede también es significativo que estas operaciones militares tienen un fuerte impacto ambiental. Ocurre así de nuevo con la operación Atlante 23, que afecta a la zona con más biodiversidad de la megafauna marina en el Estado español y puede dañar a tiburones, tortugas y cetáceos, tal como señalan personas expertas. 

En este sentido, la organización ecosocialista recuerda que existen leyes que protegen las especies marinas del Archipiélago, que son de obligado cumplimiento, también para el ejército. Si eso fuera poco, el Ministerio de Defensa firmó un acuerdo con el Gobierno de Canarias en 2007 que lo compromete a proteger los cetáceos y a no desplegar ejercicios militares dentro de las 50 millas de las aguas territoriales, tal como quedó establecido en el convenio firmado entre ambas entidades después de la muerte masiva de cetáceos en 2002 como consecuencia de maniobras militares en aguas de Fuerteventura y Lanzarote.