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viernes, 29 de marzo de 2024 00:49h.

A sus “señorías” les molesta las preguntas del pueblo

Es de todos conocidos el déficit democrático que tiene nuestro sistema, especialmente en el referente a la participación ciudadana en las instituciones, incluso hay instituciones que carecen de reglamentos de participación ciudadana y las que lo poseen cuentan con trabas y obstáculos para que el acceso de la población se vea limitado, impidiendo que se les controle desde el pueblo.

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Las preguntas de Iniciativa Popular sobre el Hospital del Sur, caen en saco roto en el Parlamento de Canarias

Entre esas instituciones se encuentra el Parlamento de Canarias, el que dice ser la representación del pueblo, aunque se parece más a una cámara de comercio regional, donde se aprueban mamandurrias y beneficios empresariales a costa de dejar las necesidades sociales para otros momentos que nunca llegan. Pues este organismo cuenta con una Ley de participación ciudadana obsoleta, anacrónica y con tantos obstáculos que usarla es tan duro como cruzar el desierto sin agua, en la que se dice que la ciudadanía tiene derecho a presentar iniciativas legislativas y preguntas al gobierno, estas últimas reguladas en el reglamento del parlamento, las cuales deben pasar una serie de filtros y una vez superados, es la mesa quien determina si son admitidas o no, y una vez admitidas las tiene que tomar una de “sus señorías”, para que en un plazo de 15 días le dé curso.

Como “sus señorías”, durante décadas no les ha importado nada la sanidad en el sur de Tenerife, ha tenido que ser el pueblo quien llevase una iniciativa al parlamento, para la creación de un hospital público, la cual con las enmiendas de los grupos parlamentarios la enmierdaron para dejarnos el Mojón que tenemos a medio terminar, y visto que hay grandes posibilidades de un pelotazo económico con este Mojón, se ha procedido a presentar preguntas, que pueden considerarse incomodas, vía iniciativa popular. Preguntas como: ¿Qué gestión va a llevar ese centro, pública o privada? ¿Qué partida presupuestaria está destinada a la construcción y equipamiento de este centro? ¿Que servicios o especialidades va a tener este centro? ¿Qué servicios se pretenden externalizar?, porque la ciudadanía tiene el derecho, o al menos debería tenerlo, de conocer cuánto dinero de sus impuesto se destina a un hospital, Si después de hecho lo gestiona un colega benefactor de campañas electorales, o bien si se enferma saber si su patología es atendida en ese centro o no, y por supuesto tenemos el derecho y el deber de saber que si nos ingresan en ese centro, que comida tomamos, si la hace el mismo catering que prepara las fiestas de los “guiris”, o la hacen personal especializado en el mismo centro, debemos saber si la limpieza la realizarán personal cualificado al tal efecto o se la entregarán a la misma empresa que limpia los retretes de las paradas de guaguas, debemos saber si la lavandería es propia con el debido cuidado o, se la entregarán a ese amigo que se lava las sábanas de los hoteles donde previamente ha potado el turista después de coger la cogorza de su vida. Preguntas que si pueden ser incomodas, pero son necesarias para saber a qué atenernos.

En definitiva, que pasado los filtros y requisitos burocráticos parlamentarios, superado los criterios de la mesa y siendo admitidas a tramites dichas preguntas, las cuales se publican en el boletín oficial del parlamento y se les da traslados a todos los grupos políticos del parlamento, ninguna de “sus señorías” ha tenido a bien asumirla para su tramitación, por lo que la mesa del parlamento la considera decaída. Para entendernos: Sin respuesta.

Esta situación es muy habitual, a “sus señorías” no les gusta que les incomode el pueblo, pero este caso tiene un agravante, y es que previamente se había pactado con un diputado para que las asumiese, habiendo un compromiso personal por parte del diputado de hacerlo. Y desgraciadamente estamos acostumbrados a que incumplan promesas electorales, se salten la ley a la torera, fomenten los privilegios de los escogidos en detrimento de los derechos de todos…., sin que haya dimisiones, pero el incumplir la palabra personal a un ciudadano no debería tener un pase.

Esta gente ha llegado a las instituciones bajo el mantra de “la nueva política”, y una vez han calentado su trasero en los sillones institucionales han continuado con la viejas mañas. ¡Así nos va!

 

Toño Linares