Internacional
Trump le pasa la factura a Ucrania: las tierras raras
Según ha adelantado el Financial Times, “Ucrania llega a un acuerdo con EEUU para ceder el 50% de los beneficios de sus tierras raras y otros recursos”. Zelenski, consciente de que sin Estados Unidos, la derrota de Ucrania sería una realidad, ha declarado rápidamente “hagamos un trato”.

Más bien es una imposición, porque Trump ha sido claro: “Les dije que quiero el equivalente a 500.000 millones de dólares en tierras raras y ellos han accedido”. No me atrevería a descalificar a Zelenski, porque de lo que se trata es de la supervivencia de Ucrania como nación y eso tiene un significado más elevado.
Después de los “piropos” de Trump a Zelenski en los últimos días, este “acuerdo” es la respuesta a un ultimátum. Aunque la publicación británica deja caer la duda: “Entendemos que está en el marco de algo más amplio”. Trump, no deja lugar a dudas: “Las tierras raras ucranianas son una de las garantías de que Estados Unidos va a recuperar todo el dinero que ha invertido hasta ahora en Ucrania”. Lo cierto es que Estados Unidos ya se ha venido resarciendo, con el negocio de la guerra. Las cien mayores empresas de defensa del mundo, muchas de las cuales son estadounidenses, alcanzaron ingresos totales de 603.900 millones de dólares.
Ya poco se habla del sacrificio del pueblo ucraniano ante la invasión rusa, esa construcción discursiva, que movilizó a la opinión publica a favor de Ucrania, se ha sustituido por el negocio de la tierras raras. Sobre los cadáveres de la guerra (que no me atrevo a quedarme con una cifra, porque esta sujeta a la estrategia de comunicación de ambos bandos) sobrevuelan los buitres carroñeros, que van detrás del tungsteno, magnesio, litio o cobalto. Si históricamente han sido elementos de escasa disponibilidad, conseguirlas se ha vuelto todo un reto, y muchos grandes potencias ya juegan a repartirse zonas no exploradas en busca de esas materias primas.
Donde hay intereses económicos, el resto de cuestiones pasan a un segundo plano. De la noche a la mañana Ucrania ha pasado de ser el Caballo de Troya de la lucha geopolítica entre oriente y occidente, y se ha convertido en el fondo de inversión de las guerras comerciales de las grandes potencias. Y uno se pregunta, en todo este marasmo egocéntrico ¿Dónde está la Unión Europea? Siguiendo con el símil, hay un titular que lo describe a lo bestia, la Unión Europea “Sigue cabalgando, sobre un caballo muerto”.
La UE ha invertido más del 60% de toda la ayuda occidental que se ha proporcionado a Ucrania. Previsiblemente, no recuperará su inversión y le tocará pagar la reconstrucción de lo que quedará de Ucrania. Las sanciones a Rusia se han convertido en un bumerán en contra de la economía europea, en cuanto al suministro energético, que es vital para su desarrollo. Para mayor despropósito, el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, ha confirmado que: “Europa se sale del proyecto de las tierras raras de Ucrania”.
Heriberto Hernández González, Profesor e investigador en Latin American Social Project