Los vasos de champán, vino, sangría, calimocho y otras muchas bebidas (incluso alguna no alcohólica) corrieron por la plaza antes, durante y después de la ceremonia. El calor era muy intenso así que la bebida que no acababa en el estómago iba directo a las camisetas.
Por primera vez ha ondeado en un mástil del Ayuntamiento la ikurriña por decisión del nuevo alcalde, Joseba Asiron, de EH Bildu, quien ha defendido que la presencia de las cinco banderas "representa a un sector mucho más amplio de la sociedad" y ha añadido que "es un símbolo de cambio".
Javier Aranegui, del Orfeon Pamplonés, y Chantal Estrada, en representación de la peña La Veleta, han prendido la mecha del chupinazo. El Orfeón Pamplonés cumple este año su 150º aniversario, mientras que la presencia de La Veleta es un homenaje a la peña que introdujo la vestimenta blanca y roja en las fiestas.
Cada uno pronunció de forma alterna las palabras del ritual, que han sido coreado por las miles de personas agrupadas en la Plaza Consistorial, dando comienzo a nueve días ininterrumpidos de una fiesta que acaba el 14 de julio.