Nueve cajeras al paro en este lugar
Sin entrar en detalles sobre el nombre del Centro Comercial del que tomamos la imagen adjunta -pues es representativo de muchos centros comerciales-, descubrimos que el único mostrador con un puesto de trabajo es aquel al que los clientes acuden para devolver o cambiar productos adquiridos. Resulta que para pagar cualquier compra, debemos hacerlo a través de estos inventos tecnológicos; exactamente nueve máquinas tragaperras, aunque en ese momento había una persona contratada por si alguien no sabía cómo utilizar los teclados para pagar.

Este es el panorama en los negocios de hoy en día; el dinero prevalece por encima de los valores morales y contamos con innumerables pruebas que respaldan lo que expongo. Prácticamente todas las empresas buscan reducir costos eliminando puestos de trabajo. Cuando solía ir al banco, el empleado de turno siempre me indicaba que realizara mis gestiones en el cajero automático, a lo que yo respondía advirtiéndole que si seguían así, se quedarían sin empleo. Hace unas semanas, mientras paseaba por Las Galletas, me topé con ese empleado bancario y, llamándome por mi nombre, me dijo: 'Juan, tenías razón. Ya me han despedido a mí y a varios colegas. Han cerrado varias sucursales y aquellos con suerte han sido trasladados. Yo me he quedado en el limbo laboral. Tengo 56 años, demasiado joven para jubilarme pero demasiado mayor para encontrar trabajo’.
En la actualidad, es común encontrarnos con gasolineras de autoservicio, restaurantes de comida rápida con órdenes a través de pantallas táctiles, que por cierto, se demostró que estas pantallas tras un análisis, se descubrió que albergan una considerable cantidad de bacterias fecales. Además, en muchos supermercados ya es posible auto-escanear tus compras en cajas automáticas, entre otros avances en diversos sectores.
Recientemente, al acudir al bar de un amigo, intenté adquirir una cajetilla de cigarrillos que valía cuatro euros con cuarenta. Tras ingresar el dinero, la máquina indicó "Producto Agotado". Al comentar esta situación en la terraza donde se encontraba el propietario del bar y otros amigos, su respuesta fue reveladora: "La máquina del tabaco no me genera más de ochenta euros al mes". Esta respuesta evidenció que para él, la salud de los demás no era una prioridad, a pesar de que aprecio que algo me quiera. Sin duda, lo ideal sería preocuparnos por dejar de fumar, debido a sus efectos perjudiciales para la salud. Aunque el costo de las cajetillas de cigarrillos aumentara a sesenta euros, muchas personas seguirían consumiéndolos alegremente, considerándolo solo como otra mercancía del mercado. Cabe mencionar que el tabaco, al igual que la marihuana, es una planta que es comercializada por el gobierno con el dinero de los contribuyentes. Esto invita a reflexionar sobre nuestras actividades diarias y sobre la complacencia que algunos mantienen frente a hábitos perjudiciales. Agradezco su atención y lamento las molestias ocasionadas.