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viernes, 29 de marzo de 2024 00:49h.

Covid-19 y su efecto en las personas mayores, Entrevista al Dr, René de Lamar, Geriatra

La propagación del coronavirus y el estado de alarma actual ponen, sobre todo, el foco en el impacto de la enfermedad en los adultos mayores que suelen ser los más gravemente afectados por esta infección de fácil contagio, nos explica el Doctor René de Lamar, especialista en geriatría de HPS.

Dr, René de Lamar, Geriatra _Fotor
Dr, René de Lamar, Geriatra en el HPS

En primer lugar, debemos recordar que los síntomas predominantes por COVID-19 son fiebre en un 83% de casos, tos en un 82% y disnea (falta de aire) en un 31% que puede ser un marcador de gravedad en determinados pacientes. Además, aproximadamente el 90 % de casos presentan más de un síntoma o signo del cuadro. En porcentajes inferiores se encuentran dolores musculares, confusión mental, cefalea, escalofríos y dolor de garganta entre otros. Por tanto, a priori se establecen los mismos síntomas en jóvenes que en personas mayores.

En casos graves lo habitual es que se afecten los pulmones, a modo de insuficiencia respiratoria aguda y  distrés respiratorio como consecuencia de neumonía bilateral.

El empeoramiento suele ser progresivo lo que permite vigilar al paciente y tomar las medidas oportunas en cada momento.

Cuando a los contagiados se le realiza la analítica de sangre los datos más relevantes que presentan estos pacientes son que los leucocitos pueden estar normales, los linfocitos son bajos( lo que constituye un marcador sensible de esta enfermedad), una elevación del dímero D, Lactato deshidrogenasa ,velocidad de sedimentación globular,  transaminasas y proteína C reactiva.

También la radiografía de tórax y en casos seleccionados la tomografía axial computarizada de tórax (TAC) puede ser de gran ayuda en el diagnóstico.

El Doctor nos recuerda que en el envejecimiento se producen cambios fisiológicos en todos los sistemas del organismo que determinan una disminución de la reserva funcional limitando la capacidad de respuesta ante un estrés determinado o incremento de la demanda como puede ser una infección vírica de las vías respiratorias. También se produce un deterioro de los procesos reguladores que mantienen la integración funcional entre los diferentes órganos y sistemas del organismo.

Por tanto, el especialista de HPS René de Lamar,  concluye que el envejecimiento no es solo la suma de la reducción individual de la reserva funcional de cada órgano, sino también de los mecanismos reguladores que integran sus funciones.

Una consecuencia directa de todo lo anterior sería el concepto de presentación atípica de las enfermedades que supone con frecuencia todo un reto diagnóstico, por ejemplo, una neumonía manifestándose como un delirium con confusión mental sin fiebre ni tos.

Las diferencias en la presentación de las enfermedades con respecto a la población más joven van a ser más marcadas a mayor edad del paciente entre otros motivos por la frecuente coexistencia de pluripatología o comorbilidades, polifarmacia y mayor fragilidad que enmascaran cuadros concretos.

Es frecuente que el órgano más frágil claudique independientemente del proceso patológico en sí, siendo el responsable de otras manifestaciones clínicas independientes del factor causal responsableUn ejemplo frecuente es un síndrome confusional agudo como consecuencia de un proceso infeccioso sin existir lesión cerebral que lo justifique.

En la atención al paciente mayor observamos con frecuencia la presencia de alteraciones “Iceberg”, es decir enfermedades no conocidas ni por el propio paciente ni por su médico que son el origen de incapacidades no explicadas por los trastornos ya conocidos y tratados.

Por tanto, nos indica el Doctor, que se debe establecer un marco funcional que obliga a medir la enfermedad a través de sus consecuencias y no solo a partir de las causas que la generan.

Los síndromes geriátricos pueden generar mayor morbilidad y consecuencias en ocasiones más graves que la propia enfermedad que las produce, por ejemplo el síndrome de inmovilidad que se produce tras un ictus puede propiciar, si no se toman las medidas oportunas de prevención, úlceras por presión y generar más problemas.

La pluripatología o presencia de varias enfermedades tan frecuente a partir de los 70 años no solo puede dificultar el diagnóstico de un cuadro agudo, sino que a veces el tratamiento de una puede afectar el curso de otra. También puede suceder que una situación enmascare o atenúe otra patología como una anemia sin decaimiento en un paciente con inmovilidad.

Con respecto al tratamiento o la actitud terapéutica debe ser diferenciada y personalizada, con utilización de medidas adaptadas a las características del paciente evitando los extremos, encarnizamientos diagnósticos y terapéuticos o las actitudes nihilistas que conduzcan a la infrautilización de medidas terapéuticas de probada eficacia.

Cuando la infección es leve, no hay factores de riesgo sino que el tratamiento es sintomático y con medidas de aislamiento.

Los pacientes más graves suelen ser personas con comorbilidades previas, fumadores y varones en una mayor proporción.

Por todo ello, el geriatra René de Lamar nos recomienda, con especial atención a la población más mayor y de alto riesgo, que eviten las visitas innecesarias a los servicios de urgencia hospitalarios utilizando los canales adecuados establecidos para esta situación. En HPS se llevan a cabo diferentes métodos para seguir atendiendo a los pacientes de la mejor manera posible en cada caso. Estos se pueden consultar llamando al teléfono habitual de contacto (928 49 99 00)

El Doctor, nos recuerda que tomar las medidas de protección recomendadas debe ser una responsabilidad, porque cuidándonos cuidamos a todos.