Paula Hernández, Eduardo Concepción, Tomás Arvelo y Julia Martínez fueron los cuatro alumnos seleccionados para esta I Edición de Becas Talento DISA entre los mejores expedientes académicos de primero de bachillerato del Nuryana.

Durante dos semanas, DISA ha integrado en su equipo a estos cuatro alumnos de I de Bachillerato para enseñarles cómo funciona una empresa y las numerosas posibilidades profesionales que hay en una compañía con más de 3.500 trabajadores y 450 perfiles profesionales diferentes. 

El Director de Personas, Tecnología y Compras de DISA, Juan Vicente Díaz, destacó que la puesta en marcha de este programa ha supuesto una innovación en el ámbito educativo canario. Por primera vez, se ha realizado una experiencia piloto dirigida a alumnos de menos de 17 años. El objetivo es que puedan conocer las empresas y sus diferentes perfiles profesionales. “Con ello, pretendemos ofrecer un conocimiento real del mundo laboral y ayudarles a construir su futuro mediante una elección adecuada de sus estudios universitarios o de su formación profesional”, explicó Díaz.

El director del Colegio Nuryana, David Luis Casado, destacó la labor de DISA como generadora de empleo estable y por su papel como impulsor del talento de los jóvenes canarios. “Es la mejor aportación al crecimiento social y económico que puede hacer una empresa, una muestra del compromiso con su entorno y las personas que viven en él: apostar por los jóvenes y dar oportunidades para que desarrollen su talento”, aseguró.

El Grupo DISA lleva 84 años garantizando el suministro energético en Canarias. La compañía es consciente de que el presente y futuro de las islas pasa por conservar el talento de las personas que residen en Canarias, por lo que desde 2009 ha puesto en marcha un programa específico denominado DISAImpulsa para captar ese talento en las universidades e institutos de Formación Profesional. 

Las Becas Talento DISA son una novedad en esta edición, ya que por primera vez abre esta opción de inserción laboral a estudiantes de Bachillerato con quienes, además de recibir formación práctica sobre el funcionamiento de una empresa, la compañía ha asumido un compromiso de integración laboral para el término de sus estudios, ya sea con una beca 

DISAImpulsa o con un periodo de prácticas en el puesto que mejor se ajuste a su carrera universitaria. Durante las dos semanas de formación, los alumnos pudieron conocer de primera mano el trabajo que se desarrolla en un total de 22 departamentos del grupo, incluyendo desde la gestión administrativa hasta el transporte marítimo o las energías renovables, la hostelería o el laboratorio, sin obviar el almacenamiento, distribución y comercialización de productos energéticos, principal actividad de la compañía en Canarias durante 84 años de historia.

Los responsables de cada área del grupo DISA se encargaron de esbozar las líneas de acción que se desarrollan, incidiendo en los aspectos en los que los alumnos mostraron especial interés. Organizaron actividades prácticas y permitieron a los alumnos participar directamente en algunos procesos.

Por su parte, los alumnos participantes en el programa destacaron la utilidad de la iniciativa, ya que les ha permitido realizar una primera toma de contacto con el ámbito laboral y abrir nuevas expectativas de cara a diseñar su futuro profesional.

DISAImpulsa

Estas becas se enmarcan dentro del programa DISAImpulsa que el grupo viene desarrollando desde hace años en línea con su compromiso de contribuir a la mejora del empleo y la educación de los jóvenes y potenciar el progreso social y económico de Canarias.

A través de este programa, un total de 50 jóvenes de las islas se beneficiarán a lo largo de este año de las diferentes iniciativas desarrolladas, entre las que se encuentran, además de las Becas Talento DISA, las becas de inserción laboral para aquellas personas que no superen los dos años de la finalización de la titulación.

Otro de los ámbitos abordados se centra en las prácticas universitarias y de formación profesional, dirigidas a aquellas personas que están cursando estudios universitarios o el ciclo superior de formación profesional.

A estas se suman las prácticas profesionales para personas con discapacidad igual o superior al 33% o personas que se encuentren en riesgo de exclusión social, incidiendo en una formación de excelencia y especialización.