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jueves, 18 de abril de 2024 00:06h.

Hace 24 años nacía mi "Higo pico Flower"

El veintitrés de mayo de mil novecientos noventa y nueve era domingo y a las cuatro de la tarde aproximadamente, una mujer comenzó a sentir que faltaba muy poco para que una niña llegara al mundo. Fuimos a Hospiten en el sur de Tenerife y allí una enfermera nos dijo que tu madre era una quejica, pero estaba segura de que faltaba poco para parir a una niña y nos fuimos al Hospital de la Candelaria. 

Hija Juan Santana 57(1)
La hija de nuestro compañero Juan Santana, a pesar de su juventud ha recorrido más del medio mundo.

Estuvo toda la noche con dolores y a las seis de la mañana del lunes veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y nueve salió del vientre de una mujer una preciosa niña. La vi salir, fui el primero que la cogí en brazos, mientras la matrona estaba cociendo sus partes, le dije a tu madre, "Mira tu hija" y la madre dijo, "Mi niña". La niña giró la cabeza cuando escuchó su voz y seguidamente me dice la madre mientras la matrona seguía cociendo, "Vete a la habitación y en el bolso hay unos folios escritos, para que me hagas unas fotocopias".

Le dije, Te recuerdo que acabas de parir y seguidamente su madre respondió, "La vida sigue". Un lunes veinticuatro de mayo inolvidable porque a las diez de la mañana quedé con Paco Chinea, gerente de los Estudios Multitrack en Santa Cruz de Tenerife, aunque todavía no lo conocía personalmente y el motivo era para grabar una canción que se convirtió en un fenómeno social, "Higo pico flower sin olvidar a Fefa".

Caminaba por La Laguna con una guitarra en la mano sin forro llorando de alegría y mucha gente miraba para mí y con sus miradas seguramente estarían diciendo, "Este tío está loco". Mi hija nació en una buena época, aunque no conoció la vida de sus ancestros y hablo de sus abuelos, además de tampoco conocer mi niñez, cuidando cabras, plantando papas o millo, haciendo cola para que me dieran leche de vaca y tantas vivencias maravillosas.

Con veinticuatro años jamás ha dicho una palabra mal sonante, ha recorrido más de medio mundo, ha sacado una carrera y no es porque sea mi hija, pero es una joven casi perfecta, porque la perfección no existe. Tiene un hermano en Gran Canaria que dobla su edad y los dos son maravillosas personas, porque han tenido la gran suerte de estar rodeados de buenas personas y no haber nacido en tiempos de guerras ni hambruna y ojalá que jamás sufran dichos momentos.

Algunos amigos de confianza más de una vez me quieren hacer rabiar diciéndome que la educación de mi hija es gracias a su madre y siempre respondo lo mismo, "Es gracias a su madre en un 99 % y yo el 1% porque pertenezco a la parte del ejército y mientras haya paz en la familia ningún buen padre sacará ese diablo que todos tenemos dentro". Jamás olvidaré cuando mi hija tenía dieciséis años y unos chicos robaron su bicicleta en pleno día y en el jardín de su abuela". Llegó llorando a casa y confieso que sentí deseos de cometer barbaridades. Ese día no pudo venir ningún Guardia Civil porque solamente había cuatro en el Municipio de Arona y al día siguiente fui a la Comandancia para decirles que cuando roben a niños o a mayores tienen obligación de ir, pero justamente mi amigo José estaba de guardia ese día y me dijo que hubo un asesinato en Los Cristianos y se les fue toda la tarde.

Recuerdo que no denuncié porque lo solucioné personalmente y la frase de mi amigo José cuando me fui es inolvidable, "Esos no sabían a quién le robaban". Este día descubrí que en la sociedad que estamos viviendo, son momentos del todo me da igual. Solamente una vez hice llorar a mi hija por un enfado de esos suaves en La Palma y mi hi hija dijo, "Papi, eres malo" y le respondí, Hija mía, los malos te los encontrarás cuando llegue su momento y así fue. Estuvo trabajando seis meses en Londres y allí los conoció y fue cuando me dijo por teléfono, Papá, tenías razón, los malos, pero los verdaderos malos, los encuentras en el camino.

La madre de mi hija es la fuente de inspiración de una canción que justamente se grabó en condiciones el veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y nueve y han cantado y bailado millones de personas y todavía siguen haciéndolo. Soy feliz por seguir vivo y seguir viendo cómo crecen mis hijos, cómo cualquier padre obviamente. Feliz cumpleaños, hija mía. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.